Con vestido a rayas azul cobalto y celeste, lazo, ingenio y una disposición absoluta Agatha viene de presentar su libro Zapatos en el Museo del Calzado, mientras acaba de sacar al mercado un kit de cocina para hacer pasteles pero, ahora se atreve con el vestuario de El Cascanueces. La obra será representada de jueves a domingo durante las dos próximas semanas de enero en el Teatro Apolo con un vestuario premium creado por Agatha Ruiz de la Prada.
En un primer (segundo, tercer y cuarto...) vistazo el atrezo de los bailarines impacta de principio a fin en la obra de Chaikovski. Cabezas de corazones, trajes de lentejuelas dorados y tules con corazón se entrelazan con la obra rematada, en esta ocasión, no por una boda si no por un casto beso. Lo cierto es que los coreógrafos, Iker Gómez y Manuel Garzón, han creado “un Cascanueces requetemoderno que encaja a la perfección” con los trabajos de Agatha.
Para ello la diseñadora y “el estudio formado por su equipo” (al que incluye siempre que habla de Agatha Ruiz de la Prada) no lo tuvieron fácil. Ya no por el hecho de tener que reinterpretar El Cascanueces si no “porque ha sido una obra del reciclaje y el estudio”. Las características piezas han sido confeccionadas a partir de salidas de desfiles de la marca, stock y piezas que han recuperado de presentaciones. “Soy una diseñadora recicladora”, advierte Agatha entusiasmada con la idea. La valía se descubre como un merito superlativo cuando la creativa confiesa a EL ESPAÑOL que ha conseguido que 57 bailarines (estudiantes de danza muchos de ellos becados y provenientes de República Dominicana) borden las piruetas con sus diseños “por 250 euros”.
La hazaña se ve casi imposible pero, esta última palabra no entra en los planes de Agatha Ruiz de la Prada. Una vez más creará un vestuario teatral para la Bella Durmiente por petición expresa del maestro del ballet argentino Julio Boca, que será representada próximamente en Uruguay.
La directora creativa estuvo a punto de llevar a escena la Viuda Alegre de la mano de Gerard Mortier, el famoso director artístico de teatro, pero falleció en marzo de 2014 antes de llegar la historia de amor a las tablas. El estusiasmo arrollador es otra vertiente en de la Prada cuando expresa que “esto es un sueño, una experiencia única” rodeada de corazones y un vestuario sine qua non. Te vas, después de saborear la obra, creyéndolo. Desde luego, entrar en una obra de este nivel lo es para una marca soñadora, colorista… Y sin miedo. Para los políticos lo tiene claro: “Que vayan una vez al año a ver El Cascanueces”.