Fue camarera, limpiadora, secrataria o bailarina a tiempo parcial, pero hoy charla entre risas con Sandra Bullock, Jennifer López, One Direction o Miley Cyrus. Tiene una fortuna estimada en 75 millones, según Forbes, y gana unos 15 al año gracias a su programa The Ellen DeGeneres show. Celebra sus 58 años casada con Portia de Rossi, la rubia abogada cañón que cortaba el hipo a bizcochito en la serie Ally McBeal. No hay nada imposible para Ellen: hace bailar a la mismísima Hillary Clinton o provoca que Kourtney Kardashian confiese que tuvo un rollo con Justin Bieber.
Sus ojos azules y pelo rubio se los debe a sus orígenes irlandeses y alemanes. Es la única que los ha paseado (y con acierto) presentado las tres galas por excelencia en los Estados Unidos mediante partida doble: los Grammy, los Emmy y los Oscar, donde hizo el tuit más visto de la historia con la ayuda de los Brandgelinos, Lupita Nyong'o, Jennifer Lawrence, Julia Roberts y Meryl Streep.
El éxito le viene de familia y es que su hermano, Vance DeGeneres era el productor de Crazy, stupid, love que contó con los actores Steve Carell, Ryan Gosling, Julianne Moore, Emma Stone y Kevin Bacon como elenco de lujo.
Cuando en sus inicios el círculo de desconocidos amigos de Ellen le pedían que interpretara uno de sus famosos monólogos por puro divertimiento no se imaginaba que años más tarde ganaría un Globo de Oro, nueve People's Choice Awards y hasta ocho (y quince el programa) premios Emmy.
Los espectadores americanos elevaron a heroína a la presentadora cuando se enfrentó a las cámaras en mitad de las dos mayores sacudidas a la superpotencia. Después de los atentados del 11S tuvo que presentar la gala de los Emmy: "Se nos dice que sigamos con nuestra vida como siempre, porque no hacerlo sería dejar que ganaran los terroristas y, en verdad, ¿qué podría alterar más a los talibán que una lesbiana de traje frente a una sala llena de judíos?", dijo mientras se metía a medio mundo en el bolsillo sin herir sensibilidades.
Ellen vivió su infancia en Nueva Orelans, pero eso no le impidió que tres semanas más tarde de la tragedia del huracán Katrina, espetara: "Ya saben cómo soy, cualquier excusa para ponerme un traje", cuando se enteró que tenía que volver a dirigir el espectáculo de los Emmy.
Salió del armario en 1997 en la portada de la revista Time y confesó su homosexualidad en el programa de Oprah. A su primer programa invitó a Jennifer Anniston, considerada icono de la comunidad gay en los Estados Unidos. Ellen disfruta de su talent show en el que hace reír a las mayores estrellas, regala coches, viajes, organiza stripteases esporádicos delante de Paris Hilton, Justin Timberlake u Oprah Winfrey. Su imperio ha crecido tanto que vende libros sobre decoración basados en sus mansiones y recoge los beneficios de ED by Ellen, su propia marca de ropa.