La peluquera de lujo que corta el pelo a los sin hogar
Ana, Cristina y Jonathan recorren Madrid para adecentar a las personas que piden en la calle. Esta es su apasionante labor:
31 enero, 2016 02:45Noticias relacionadas
Como si de los tres mosqueteros se tratara este grupo de amigos se une contra el mal. Les falta la capa y no les sobran tijeras, peines, y sí corazón y una buena idea, como lo son siempre las solidarias. De esas que todo el mundo quiere hacer, pero que nadie se atreve. Ana Cuenca trabaja como peluquera en Rasel (a 90 euros el corte), una cadena de lujo que crece como la espuma que pone en la lustrosa cabellera de sus clientas. Pero, la valentía no conoce de límites y necesitaba algo más. Así en los ratos libres que le deja su profesión de peluquera recorre la capital en busca de personas sin hogar a las que darles otro giro a su aspecto, como esos que te ayudan a encontrar un trabajo porque antes ni te recibían.
Nuestra ávida peluquera no va sola al rescate por La Latina, Opera, Gran Vía o Sol: Cristina les da conversación mientras Jonathan les fotografía para hacer visibles a los sin hogar y expandir la idea a través del perfil de la iniciativa en Uncorteunahistoria, Instagram y un blog. En donde vuelcan las historias increíbles (y penosas) que acontecen en esta época apocalíptica con la devastadora crisis como fondo.
"Les volvemos a dar un poquito más de valor a su dignidad por un simple corte de pelo, con la foto les hacemos visibles y Cristina escucha las historias", contesta la señorita Cuenca al por qué de su iniciativa. Profesores de universidad, bibliotecarias o un terapeuta ocupacional están entre 'sus clientes'. No relea. La historia (actual) es así de jodida.
Los tres se toman un café y charlan durante horas con ellos. "Conversación y que les hagan un poquito de caso es lo que más necesitan. Me da una rabia tremenda ver como por muy poco les hubieran salvado de estar en esa situación", comenta con espabilada rapidez Ana para EL ESPAÑOL. "Les dejamos cuchillas para que se afeiten, peines, un café y un poco de cariño", contesta la peluquera mientras aplica champú seco a 'su primer cliente' de la mañana en mitad de la Gran Vía madrileña.
Las historias estremecen: "A medida que transcurre la entrevista, parece que el mundo se para a nuestro alrededor. Nos sentimos solos en la abarrotada Plaza de Ópera, nosotros, y esos ojos azules. Unos ojos que, mirándonos, nos dicen, 'tenía ganas de contarlo, llevaba mucho tiempo sin hablar y necesitaba hacerlo'", relata Diego a Ana, un sin hogar que habita como puede en un banco de Madrid centro.
"Comienza a relatarnos que se vio envuelto en una seria de tramas y acusaciones totalmente falsas, que él solo fue una cabeza de turco. Tuvo que poner tierra de por medio enfrentándose con su familia, amigos y pareja. Dejarlo todo para poder asegurar a sus seres mas queridos una tranquilidad y seguridad", es una de tantas historias de las que se hace eco la peluquera más solidara de la capital. "Con muchos de los que hablamos se pueden reinsertar perfectamente. Algunos están dispuestos a irse a donde sea con tal de tener un trabajo". "La historia que más me impactó fue la de Jonathan: tenía un hijo, un bar y una empresa, pero una separación le arruinó. Entre los gastos del divorcio y la crisis se quedó sin nada. Como no tenía familia se vio abocado a la calle. Ahora lleva un cartel en el que pide comida o un trabajo".
Uncorteunahistoria no recibe ni una mísera ayuda del Ayuntamiento y nunca les ha llegado contestación oficial de las decenas de peticiones que han solicitado para poder ejercer su ayuda a los más desfavorecidos. ¿Carmena a que estás esperando? Otro tipo de rastas (a 60.000 euros al año del sueldo de diputado) tienen más preocupada a la Cámara ¿Alta? No se fustigue hay cargos (privados) que acuden en la ayuda de los tres mosqueteros: Industrias Oriol les dona todo el material y Lucas Vidal, el compositor español de Hollywood, les regala todo su repertorio de bandas sonoras para sus vídeos y la ayuda necesaria para editarlos.
A veces se enfrentan a gente que les pone impedimento a su labor, por mucho que Ana siempre valore la facilidad y el apresto de la comunidad en general. "Si yo te veo cortando el pelo en la calle, te denunciaría. Ya por higiene si te veo te multo (por supuesto la acción del grupo es completamente aséptica y recogen todo al terminar), "¿Y cómo me demuestras que no vas a sacar algún beneficio?", desde JALEOS preferimos abstenernos de valorar los comentarios espetados por un anónimo policía local a la estupenda labor de Ana, Cris y Jonathan. Los improperios serían tan fuertes que nos hacen valorar la nómina y, sobretodo, el acabar en alguna cuneta.
Posted by Uncorteunahistoria on viernes, 22 de enero de 2016
La idea de Ana no es nueva. Se han inspirado en el trabajo del (ya) famoso street barber Nasir Sobhani. El grupo de salvadores contactó con el australiano que les ha brindado todo su apoyo y aconsejado en el camino. Desde Melbourne a Madrid ha llegado la idea solidaria. "Te vuelves más humano. Si todos diéramos un poquito..." ¿Te atreves a seguir la cadena de favores?