Iker Jiménez y Carmen Porter sorprendían este miércoles a sus seguidores subiendo a la redes un misterioso, inquietante y perturbador vídeo. Y no, no era una nueva cacofonía. En el vídeo aparecía la pareja cantando y bailando una rumba en su coche mientras se dirigían a la grabación de un nuevo programa de misterio.
Subir un vídeo de este tipo a redes no es nada novedoso entre nuestros famosos. De hecho este verano hemos asistido a la moda del Dubmush, una aplicación donde se pueden crear composiciones de vídeo y audio imitando a tus artistas favoritos. Paula Echevarría, Úrsula Corbero, Anna Simón, Malena Costa o incluso Neymar sucumbieron a esta moda.
Sin embargo, viniendo de Jiménez y Porter, a los que se le asocia a una imagen mucho más seria debido al tipo de temas que tratan en Cuarto Milenio, ha sido toda una sorpresa. Y más para el grupo Rumba Tres, que se ha encontrado con toda una campaña de promoción en redes sociales.
La imagen, no obstante, no es más que la demostración de la felicidad de dos personas. Dos personas que llevan más de 21 años casados. Un matrimonio que ha sabido compenetrarse a la perfección. Y eso que compartir trabajo no suele ser nada fácil para una pareja. Pero ahí siguen. Iker no lleva ni móvil ni dinero. Es Porter la encargada. Y hasta ella misma se encarga de comprarle la ropa.
Dos personas que no dudaron en abandonar hace unos meses la cadena SER, a pesar de sus datos de audiencia y los emolumentos económicos que recibían por ello. La razón, precisamente, está en la foto. Convirtámonos por un momento en Jiménez y Porter y busquemos lo que se esconde en la instantánea. Fíjense bien. ¿Lo ven? Exacto. En la parte trasera del coche hay una silla para niños. Una silla que pertenece a la hija de ambos Alma, de cuatro años. Ella es la razón de sus últimos cambios profesionales.
Y es que, tras trece años presentando Milenio 3 en la SER, Jiménez decidió que era el momento de cerrar una etapa tan exitosa. El cansancio había vencido a la familia y era necesario un cambio: cambiar la radio convencional por una online. De dirigir el programa con mejor audiencia en la SER a subir un podcast semanal en RadioSet, la emisora de radio de Mediaset.
Un cambio que le ha llevado a poder disfrutar más de Alma. Y es que ahora Jiménez hace su programa desde su buhardilla. Para ello se compró una mesa de mezclas en la calle Barquillo, como confesó a El Mundo hace unos meses. Y lo hace, por supuesto, sin guión, improvisando. Al igual que ocurre en televisión, donde por no tener, no tiene ni pinganillo ni teleprompter.
No le hace falta. Jiménez es un apasionado de su trabajo. En su casa, sin ir más lejos, cuenta con una biblioteca de más de 25.000 volúmenes. Un trabajo que se toma muy en serio. De hecho hace unos años declinó fichar por Crónicas Marcianas para que no se cuestionara la seriedad de sus temas.