La próxima revolución no será televisada, sino retuiteada. El problema es que los políticos españoles, siempre tan lúcidos, aún no se han dado cuenta. De nada. Nunca lo harán, de hecho. Y por eso siguen empeñados en acaparar ‘pequeñapantalla’ como si eso pudiese salvarlos. Persisten en su error. Ejecutan sus ‘sketches’ en un circo (el televisivo) que parece haberse instalado, en los últimos tiempos, sobre otro circo (el politiquero) con mayor número de payasadas por pista. Esquizofrénica redundancia.
The ‘Maritititeresa’ & Manuela Magic Circus ha llegado a la ciudad. Ríete tú del de Soleil. ¡Abandonen la carpa! ¡Las mujeres y los niños, primero! Agua, azucarillos y aguardiente. El licor que se convirtió en requisito necesario, litro tras litro, para soportar, frente al televisor, la pasada tarde del sábado con unos mínimos de cordura. Frecuenta Manuela Carmena tascas, merenderos y platós televisivos. Busca desesperadamente a Susan y un perdón a sus múltiples desvaríos perrofláuticos. Lo hace, como era lo esperado, en el sitio equivocado. ¡Qué tiempo tan feliz! ¡Tan falaz! ¡Tan farolero! ¡Tan ful! En Telecinco, ¿dónde si no?
Sábado, sabadete; camisa nueva y político al canto expiando sus penas para arañar dos votos en los telecircos de las machadianas Españas. ¡Qué tiempo tan publirreportajeado! Entrevista ‘Marititiritera’ Campos a Manuela Carmena en su delirante programa, con ese baboseo del que suele hacer gala la presentadora, y el resultado cobra de repente visos de gag almodovariano. Lógico. Sobre todo si ‘la’ Campos analista política se confunde, como lo hace, con ‘la’ Campos defensora del televidente de ‘Sálvame’. Valetodismo extremo. Televisión a la carta más alta. Magia de velas negras.
La pregunta del millón, que resume perfectamente todo lo arriba expuesto, no tuvo desperdicio. Ahí va. ‘Maritititeresa’ Campos en estado puro. La soltó sin venir a cuento y en el momento menos indicado: “Yo estoy de acuerdo con usted, porque a mí tampoco me gusta el gazpacho con pepino. Pero, dígame, Manuela, ¿cómo hacemos el gazpacho este que tenemos que hacer ahora para poder formar Gobierno, porque siempre hay algunos a los que le aparece el pepino?”. La cara de alucine de Manuela Carmena, antes de salir por la tangente, fue un verdadero poema. Ahí está. La clave ‘camposera’. Entre ‘Master Chef’ y el análisis político. La banalidad. La tontuna en estado puro. La babosería extrema. Lo del sábado en Telecinco no fue una entrevista anunciada, sino una condena titiritera y sin sentido. Y es que el programa no da para mucho más. Por eso lo presenta ‘la’ Campos con la misma dejadez con que Bertín se enfrentaba a ‘Contacto con tacto’. Como si estuviera cansada de todo.
“¿A usted cómo le cae Pedro Sánchez?”. “A mí, muy bien”. “Usted no es de Podemos”. “Pero me cae también muy bien Pablo Iglesias, que conste”. “A mí también, a mí también me cae muy bien Pablo Iglesias”. Este era el plan. Diálogo para besugos con apariencia de interviú edulcorada, no apta para diabéticos. Faltó la mesa camilla. Y, entre medias, pasaron por allí Los Chunguitos, el hijo de Juanito Valderrama y Bigote Arrocet para cantar, algunos de ellos sin el ‘voz en directo’ sobreimpreso en pantalla, las canciones favoritas de la alcaldesa. Lo de Edmundo Arrocet, con un estilismo de lo más peculiar, tiene su coña. Terelu y Bigote. Hija y noviete, son dos extensiones de María Teresa Campos. Presencia constante. El equivalente telefolclórico al bebé de Carolina Bescansa. Una muestra más de cómo funciona España.
“¿Usted nunca se habría quitado la camiseta, como Rita Maestre?”. “Claro que sí, yo fui muy protestona”. “¿Y los escraches? Porque alguno le han hecho a usted”. “No, a mí no. A mí nunca me han hecho escraches”. “¿Cree usted que hay una izquierda trasnochada?”. Preguntas de auténtica pesadilla periodística. Y por fin llegó el broche final, que es de análisis morfológico y sintáctico: “Para terminar, brevísimamente le voy a decir que me encanta tener algo que ver con usted, que es muy poco, pero en el sentido de que a mí también lo que más me gustaba en el mundo era recoger a mi nieta del colegio”. Y es que el sueño de la sinrazón, produce monstruos de las galletas en Telecinco. Otra forma de hacer televisión. Y política. La de Juan Palomo. La de ‘Maritititeresa’ Campos.