Berta Vázquez y Mario Casas se han tatuado su amor
La joven actriz ha demostrado que es algo más que la novia de Mario Casas. Confiesa que no se dan consejos sobre trabajo y que se le da fatal cocinar. La música la ha dejado aparcada de momento.
31 marzo, 2016 01:18Cuando los medios la nombraron por primera vez, Berta Vázquez era simplemente la nueva novia de Mario Casas. Hoy, más de dos años después, esta joven ucraniana de origen etíope se ha ganado a pulso un hueco la industria gracias a su papel de Rizos en Vis a vis y de Bisila en Palmeras en la nieve, que le ha deparado el premio a mejor actriz revelación por Palmeras en la nieve en los Premios Unión de Actores y Actrices.
“Me conocieron antes de conocer mi trabajo, desgraciadamente”, confiesa a JALEOS cuando es preguntada por ello. “Pero es coger las riendas y llevarlo a otro sitio, coger el toro por los cuernos y llevar esto por donde tiene que ir. Yo soy actriz y ya está”, añade Vázquez que celebró su 24 cumpleaños el pasado lunes “trabajando”.
En cuanto a los premios reconoce que fue bonito ser premiada por sus compañeros de profesión. “Son casi más agradecidos. Siempre parece que hay codazos y críticas, y aquí se unen los actores y se dan palmaditas. Es una profesión dura, pero bonita (...) Yo no puedo decir que alguien me envidie, pero sí que hay una competitividad muy grande. Hay poco hueco para mucha gente y a veces compites sin darte cuenta”.
Respecto a su ausencia en las nominaciones a mejor actriz revelación en los Goya, confiesa que no le molestó. “Nadie se espera eso. Es muy complicado. Es muy incierto. Y creo que al final no es tan importante. De cara a la larga, lo importante es seguir trabajando en lo que te gusta. El Goya es algo casual, que no ha ocurrido y no pasa nada”.
Lo que sí ha ganado en estos dos años es el cariño del público, la fama. “Lo llevo a días. Por una parte es muy bonito porque es reconocimiento, pero también soy consciente de que los que te llaman para trabajar son los directores y no los fans. Otras veces ese reconocimiento es una responsabilidad muy grande”, se sincera.
¿Y no le da ningún consejo su pareja? “No. Es algo muy personal, cada uno debe aprender a llevarlo a su manera. Hay gente más paciente, gente lo sufre, que le gusta. Hay que respetar que cada uno encuentra su manera”, comenta. También es un caso distinto ya que como bien explica la actriz “no sé qué nos pasa a las mujeres en la adolescencia, que estamos muy locas”.
Esa etapa de locura ya la dejó atrás. Aunque al dejarse ver un tatuaje en su muñeca, es inevitable preguntarle por esa pequeña locura romántica. “Tengo varios. Este pone Me too (Yo también)”, confiesa sin querer dar más detalles. Hace sólo unos meses, Casas le confesaba a Bertín Osborne que no se había puesto la inicial de su chica, pero sí “otras cosas”.
El casting de La Voz
Nacida en Kiev, pero criada en Elche, Vázquez confiesa que “mi día día es normal. Soy súper normal, muy cotidiana. Me pongo música, leo un libro, llamo a las amigas”. La cocina, sin embargo, no es lo suyo. “Yo soy más de pedir comida. Soy de que me cocinen. Se me da bien cuando me pongo. Pero soy muy nerviosa, me impaciento y se me queman las cosas”.
También intenta sacar tiempo para la música. Y es que, además de interpretación, su formación artística también incluye danza y música. De hecho llegó a presentarse al casting de la segunda edición de La Voz. “Esa faceta la tengo ahora más olvidada. No lo descarto nunca. Pero cada cosa tiene su momento. Y cuando no tienes tiempo, tienes que priorizar. Lo más importante ahora es esto. Cuando tenga tiempo, lo haré. De hecho cuando tengo tiempo libre, saco los trastos, las guitarras y los micros y me echo un rato. Soy más de indie, de íntimo”, comenta.