Hay estudios científicos que relacionan el crecimiento de la barba masculina con las crisis personales y globales. La última vez que se puso de moda estuvo directamente relacionada con la crisis financiera que se desencadenó en 2008. El paro provocó que los hombres se dejaran crecer el vello de la cara para auto reafirmarse y no perder su masculinidad frente a las mujeres.
Ahora que la situación ha mejorado, la cosa ha cambiado. Sólo la comunidad hipster importada de Estados Unidos sigue apostando por ser la alternativa a la moda y dejarse la barba larga y poblada. Ahora no se lleva el vello en la cara. Por ejemplo, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias (lleva perilla) o Albert Rivera apuestan por la cara despejada.
Mientras que Mariano Rajoy sigue apostando por la barba poblada. Algo quiere ocultar tras ella, si tenemos en cuenta la explicación de Juan María González-Anleo, sociólogo y profesor. “Los valores predominantes hoy en día son los relacionados con la visibilidad y ser uno mismo. Igual que las barbas servirían para ocultarse, la cara despejada significa mostrarse uno mismo tal cual es”, explica.
Hubo una época en la que la barba fue signo de hombría, sabiduría, estatus social alto o incluso era sinónimo de potencia sexual. Quiénes más saben de barbas son Gillette, la marca que lleva afeitando a medio mundo desde hace décadas. Su último estudio encargado a la agencia de Investigación y análisis Ipsos ha recopilado las opiniones de 4.151 hombres con edades comprendidas entre 22 y 34 años de edad procedentes de 13 países de todo el mundo.
De este se desprenden resultados como que uno de cada tres hombres está preocupado por su físico. Su mayor quebradero de cabeza es mantener un peso adecuado seguido del afeitado. El 45% de los españoles prefiere lucir una cara bien afeitada antes que una barba completa u otros estilos de vello facial. Más de la mitad de los encuestados reconoce que cuidan aún más su aspecto cuando tienen pareja. Y es precisamente de ella, de quien más se fían, sobre todo a partir de los 30 años. Quizás por eso a un 40% les preocupa y mucho tener una discusión con su pareja.
Sólo 2 de cada 10 hombres se sienten orgullosos con su trayectoria profesional y lo primero que quieren mejorar la mayoría en su vida son las metas económicas. Los varones españoles sacan pecho y son los que más confían en sí mismos. Frente a italianos y chinos que son los más inseguros.