Este domingo se destapaba un auténtico fraude en las llamadas para votar al ganador: algunos seguidores de Laura Matamoros han colado el teléfono de la finalista en algunas páginas de contactos para lograr que las víctimas de este fraude llamen y así acumular más votos.
El fraude es tan grave que incluso la organización del programa está estudiando el caso y ya está en manos de los abogados del programa de televisión. La propia Sandra Barneda se hizo eco del caso en El Debate de GH VIP para anunciar que Zeppelin está estudiando emprender acciones legales. Es la última de las técnicas de los seguidores del concurso para conseguir votos. Ya en Gran Hermano 16, varias cuentas de Twitter pedían a sus seguidores que les recargasen sus teléfonos móviles con la intención de usar ese dinero para mandar mensajes a Gran Hermano.
En concreto, aquellas cuentas focalizaron toda su ira en la expulsión de Raquel para intentar salvar a Sofía. Escondidas bajo un nombre anónimo, las cuentas pedían a los seguidores del reality que les ayuden a expulsar a la concursante. A cambio, por cada cinco euros de recarga conseguirían cinco puntos y, quién más puntos consiguiera, se ganaba una cena con Sofía.
Concentraciones en Madrid
Pero el fenómeno fan no se queda ahí. El pasado viernes, los seguidores de los dos únicos concursantes que quedan dentro de la casa, Laura Matamoros y Carlos Lozano, llevaron a cabo una convocatoria en pleno centro de Madrid para apoyar a sus ídolos. Los seguidores de Matamoros se concentraron en Sol, mientras que los fieles de Lozano hicieron lo propio en la Plaza de Callao.
Tal fue el apoyo logrado en ambas manifestaciones que, por ejemplo, en el caso de la concentración de la Puerta del Sol, la Policía municipal se vio en la obligación de intervenir desviando a los 'concentrados' hasta la Plaza de Cibeles por motivos de seguridad. Otro dato que demuestra la obstinación por el formato de algunos es la audiencia que consigue el programa a pesar de que sus concursantes estén dormidos.
Por ejemplo, el pasado 5 de marzo, Telecinco emitía más de una hora de La casa en directo en la que sólo se pudo ver a sus protagonistas descansando. ¿El resultado? 324.000 espectadores estaban delante del televisor viendo roncar a los participantes, lo que se tradujo en 5,5% de cuota de pantalla. Sólo unos días antes, La casa en directo había alcanzado un 11% de cuota y 337.000 espectadores a pesar de que los concursantes dormían.