"No puedo expresar con palabras lo que siento. Él era todo para mí, fuimos una familia. Siento una profunda tristeza". Con estas palabras se despedía este jueves Mayte García, el que fuera el gran amor de Prince. La puertorriqueña llegó a confesar en 2015 que su matrimonio con el músico le había afectado de por vida ya que no había sido capaz de volver a encontrar el amor.
Juntos habían vivido un duro episodio: la muerte de su hijo Boy Gregory sólo una semana después de nacer debido al síndrome de Pfeiffer, un defecto en el cráneo. Tal fue su shock emocional que incluso darían una entrevista con Oprah Winfrey que dio la vuelta al mundo en el que hablaban de su hijo como si estuviera vivo.
"Creíamos que iba a volver, que las almas regresan. No queríamos reconocer que se había ido. Era nuestra forma de velarle", confesaba años después García. "La pérdida de un bebé es algo terrible. Algunas parejas se une más, mientras que otra se alejan. Este fue nuestro caso".
Años después, García también confesaría que perdió un segundo hijo, pero que decidieron no hacerlo público en su momento. Estos duros episodios hicieron mella en el matrimonio, el cuál llegaría a su fin en 1999, sólo tres años después de su romántica boda en el día de San Valentín de 1996.
Aquellos momentos coincidieron además con su guerra con Warner, lo que llevaría al artista a una crisis creativa que se alargaría en el tiempo hasta que volviera a encontrar el amor. Se trataría de Manuela Testolini, el otro gran amor de su vida con la que se casaría en 2001.
Testolini y el artista se conocerían mientras ella trabaja para su fundación. Entonces ella tenía 24 años y él 43. Sin embargo no fue impedimento para que floreciera el amor. El matrimonio duraría cinco años, un periodo que para muchos coincidió precisamente con su resurrección musical.
Tras esta ruptura, Prince mantendría una relación con Bria Valente, una joven cantante a la que le produjo su primer álbum, Elixer, que fue lanzado en 2009. Sin embargo, nunca llegaron a vivir juntos y la relación se rompería.
A estos tres nombres del currículum sentimental de Prince habría que sumar además a Kim Basinger, Maddonna, Carmen Electra, Susanna Joffs (del grupo The Blangle) o, Nona Gaye Sheena Easton, entre otras.
Ambigüedad sexual
No obstante, a pesar de este extenso currículum, a Prince siempre le persiguió una fama de polisexual. De hecho el símbolo que sustituyó a su nombre artístico se consideró como una representación de la ambigüedad sexual, más allá de su asociación con internet y la era digital.
Además en su canción de 1981 Controversy se hacía preguntas sobre su propia personalidad."¿Soy blanco o negro, soy heterosexual u homosexual, creo en Dios, creo en mí? No entiendo la curiosidad humana".
Sin embargo, en una entrevista con Rolling Stones en 1981, el cantante confesaba que "No estoy en eso. Lo más a lo que podemos llegar es a ser amigos. Mis preferencias sexuales realmente están fuera de sus asuntos".
El pasado año, Boy George creaba cierta confusión cuando durante una entrevista con motivo de la presentación de The Voice UK confesó que había dormido con él. Poco después, un portavoz del programa aclaró que el cantante estaba bromeando.