El guaje salía del hotel en el que su equipo, el New York City y del que es el máximo goleador, estaba concentrado en la ciudad de Portland. Villa no lo pensó un instante y se acercó al Starbucks más cercano para surtir con comida y bebida a un hombre sin hogar que se encontraba sentado en la calle junto a su pequeño hijo. El caritativo gesto lo captó Ali Kryptonite, un ciudadano de Portland, que no dudó en compartirlo en Twitter que en apenas segundos se hizo viral y que (por ahora) atesora más de 3.200 retuits y 2.700 'me gusta'.
Posiblemente el jugador no se olvida de sus orígenes en Tuilla, considerada una barriada de la cuenca minera asturiana junto a una carretera principal que prosperó con el auge del carbón, pero que fue una zona degradada y deprimida en los años 80 cuando Villa nació. Su primer equipo fue el Langreo, el pueblo más cercano y donde el futbolista sufrió una lesión en el fémur de la pierna derecha que hizo que potenciara el trabajo con la izquierda. Convirtiéndose en un jugador ambidiestro, lo que ha otorgado parte de su éxito.
Villa es la estrella del NYC Football Club y capitán del mismo. Junto a Raúl venden la liga española de fútbol en una Major League Soccer estadounidense al alza. El asturiano protagoniza una campaña de marketing potente provocada por sus asesores, como demuestra el reciente patrocinio de la marca Adidas.
La empresa Actyvos, responsable de la renovada (y magnífica) nueva imagen de Villa, ha llegado a trasladar a uno de sus responsables a la ciudad de los rascacielos para seguir de cerca la carrera del futbolista. La misma empresa se encarga de Koke, jugador del Atlético de Madrid. A pesar, de estar en una liga menor, Vicente del Bosque baraja convocar a Villa para la selección española ya que su rendimiento está siendo óptimo.
Otro gesto solidario de un futbolista fue el que Cristiano Ronaldo tuvo hace apenas un par de meses cuando pagó la operación para tratar la enfermedad de un niño de dos años con displasia cortical, una malformación congénita del cerebro, que le provocaba más de 30 ataques de epilepsia en un día. La familia del pequeño Erik se movilizó para conseguir los casi 60.000 euros que costaba la operación.
La noticia llegó al futbolista a través de un amigo que le pidió unas botas y una camiseta firmada para subastarlas y así hacer frente a parte de la operación. Cristiano le hizo llegar todo, además de dos fotos, un póster y el regalo más especial, el coste total de la operación. No era la primera vez: en 2012 pagó el tratamiento de Nuhazet, un enfermo de cáncer.