Aramis Fuster es máxima autoridad en ocultismo, tiene 692 años, es de Barcelona y… ahora también escort de lujo. Tras ser desahuciada el pasado junio debido al impago de 15 meses del alquiler de un piso en Berga (Barcelona) y tras acumular varias deudas, el icono del tarot durante los años 90 no ha encontrado otra solución que la de ofrecer sus servicios sexuales.
Así se puede comprobar en la web de escorts de Anna Solano, donde María Antonia Pérez Sánchez, que así se llama realmente la conocida vidente, ofrece sus servicios como dominatrix. En su perfil pueden verse fotos suyas desnuda, así como ataviada con un traje de cuero de dominadora.
También pueden consultarse sus tarifas que van desde 300 euros por una hora de compañía a 3.000 euros por 10 horas de dominatrix. Asimismo ofrece servicios lésbicos por 400 euros y servicios a parejas por 500 euros.
"Evidentemente que es ella. La misma que conoce España en cuerpo y alma”, confirman la propia Solano a JALEOS. "¿Cómo íbamos a publicar fotografías de Aramis sin su permiso? Se me caería el pelo. Me demandaría. O imagínese que un señor me pide a Aramis y le mando a otra. Sería echar tierra sobre nuestro tejado".
Solano reconoce que están recibiendo muchas llamadas desde que puso el anuncio hace tan sólo unos días. “Sí, claro. Pero lo que pase o no forma parte de la vida privada de Aramis. Quede usted con ella y compruébelo”, comenta.
La bruja admite que aparece en esa web con su autorización, pero ha asegurado a Crónica Global que solo se ofrece como "dómina". "No soy prostituta, soy dómina", afirma tajante. "Que hablen de mí aunque sea mal. No me importa nada. Es márketing. Todo lo que se diga para bien o para mal me beneficia".
No obstante, hay quien defiende en redes sociales que esta podría ser la enésima estrategia de Fuster para poder volver a la televisión a programas como Deluxe, donde poder cobrar una importante cantidad de dinero por contar su historia.
Hace unos meses, la vidente comentaba en televisión que se había sentido acosada por su casera y que ella le regaló el alquiler. Sin embargo, Antonia no pensaba lo mismo: “Nunca la he acosado y eso se puede demostrar”. Además, la casera declaró que “pagaba 350 al mes de alquiler, dejó de pagar a los 4 meses y justificaba que tenía un cobro pendiente”.
Esta no era, sin embargo, la primera vez que Fuster tenía problemas con la Justicia. Años antes, un fiscal barcelonés reclamó una condena para ella de dos años y medio de prisión por una deuda de 8.000 euros contraída con una empresa informática.