El fotógrafo Mario Testino fue el culpable de que el denostado bañador en forma de slip saltara a la palestra como un prenda de moda. Su foto con público joven en la playa de Ipanema, una de las más famosas de la ciudad que acogerá los próximos Juegos Olímpicos fue la que puso de moda de nuevo este clásico modelo de bañador. El fotógrafo, y mejor amigo de Kate Moss, la incluye en su libro MaRIO DE JANEIRO Testino (Ed. Taschen) de 2009.
Otro célebre fotógrafo Terry Richardson eligió la misma mítica playa, modelos brasileños y, otra vez, el poco reclamado slip para volverlo a convertir en tendencia. Y es que esta prenda tiene en los brasileños sus máximos adeptos. El deporte y el calor sofocante hacen que la pequeña prenda no quede tan ridícula. ¿Se convertirá en fundamental durante los Juegos?
El punto glamouroso a un bañador hasta entonces asociado a los veraneantes de a pie lo puso el anuncio en el que el musculado David Gandy se dio a conocer con un mínimo slip blanco, para la promoción del perfume de Dolce & Gabbana. Por cierto, no es casualidad que la fotografía del spot fuera obra también de Mario Testino.
Aún así los famosos no siempre lo usan de manera adecuada ya que al constar de menos tela debes de apostar por él si tienes un cuerpo musculado, tonificado y a ser posible moreno. A no ser que seas nadador profesional, mejor abstente de seguir las modas, por mucho que los diseñadores se empeñen en rescatarlo. Los tejidos suelen ser elástico para que se adapten sin hacer daño a la figura y la mejor opción es no abusar de los estampados ya que harán un efecto no deseado.
La prenda que más da que hablar para ellas
El bikini no encontró modelo en su momento por considerarse una prenda demasiado descarada, por se tuvo que recurrir a una bailarina de striptease del Casino de París para mostrarlo por primera vez en un desfile. El Trikini en cambio tuvo una aparición estelar en los 70 gracias a sex symbols como Ursula Andress o Brigitte Bardot que se animaron a usarlo con cadenas y argollas de madera lo que le dio un carácter rompedor.
Su auge surgió en 2008 cuando Versace o Yves Saint Laurent lo retomaron como un revival ochentero. Las actuales celebrities, más desinhibidas, lo usan hasta para asistir a presentaciones públicas.
Vuelve con fuerza al armario femenino en las de colecciones de tiendas de mass market aunque la prenda tenga poca practicidad: el trikini no es la prenda más cómoda para nadar y deja marcas de sol parciales.
Los posados veraniegos de Ana Obregón en las playas mallorquinas ayudaron a que medio país se animara a comprar el renovado bikini en la pasada década.