Natalia Potanin (54) lleva en trámites de divorcio casi tres años. En juego 11.000 millones de euros. Su ex marido y padre de sus tres hijos -Anastasia (32), Ivan (28) y Vasily (17)- es la cuarta fortuna de Rusia y la 78 del mundo. Sus negocios abarcan desde el complejo minero Norilsky Nickel, la compañía de medios de comunicación ProfMedia, la cadena de cine Cinemá Park, la compañía de transporte y logística Interport y las empresas turísticas ProfEstate y Roza Jutor en Soch. La ex mujer de Vladimir Potanin (55) se negó a firmar una separación que ahora lleva a los tribunales ingleses y que podría establecer una cifra "estratosférica", tal y como informa The Times.
La pareja se conoció en 1977 siendo estudiantes y se casaron en 1983 sin ningún patrimonio entretanto vivían en la casa de los padres de ella. Poco fueron invirtiendo en bolsa (sobre todo en negocios mineros y siderúrgicos) con la apertura de la nueva Rusia. Así consiguieron disfrutar juntos de una mansión a las afueras de Moscú, veranear en la Costa Azul o poseer un yate con el que surcaban el Mar Mediterráneo.
Vladimir fue el primero en poner fin a su matrimonio cuando confesó a su mujer la relación que mantenía con una empleada junior de una de sus empresas. Katya, como se llama, se ha convertido en su nueva mujer y con la que tiene dos hijos en común. Pero, Natalia Potanin se negó a firmar ese divorcio y ahora reclama la mitad de su fortuna.
Además, la ex mujer de Vladimir debe pagarle casi 900.000 euros por haber ocupado una de sus mansiones y que su ex marido quería vender. Una acción que no pudo llevar a cabo por la ocupación de esa casa por parte de Natalia. Ella ahora vive una piso de tres dormitorios en Westminster, el área del centro de Londres en la orilla norte del Támesis.
A pesar de su recurso a los tribunales de Londres, en donde la legislación inglesa será más favorable que la rusa para la ex mujer, Natalia deberá probar "fuertes lazos con el país" o se desestimará la causa. Pero consigue probar su vinculación con el patrimonio de Vladimir podría recibir algo menos de la mitad de la fortuna. Si esto sucediera se batiría un récord siendo el divorcio extranjero más alto de Inglaterra.
Otras fuentes especializadas en Derecho de familia apuntan a que los tribunales ingleses no tienen poderes ilimitados para repartir una fortuna proveniente de Rusia.