Han pasado más de 40 días desde que La Veneno falleciese en el Hospital Universitario La Paz y, por fin, sus restos han sido incinerados este miércoles. Pero su descanso se produce rodeado de polémica ya que había parte de la familia que desconocía que se fuese a realizar la cremación.
Después de realizar una primera autopsia a los pocos días de su fallecimiento, los familiares prefirieron no quemar el cuerpo para realizarle una segunda prueba que confirmase sus sospechas: que La Veneno había sido asesinada. La segunda prueba visual sólo confirmaba el primer resultado. Empeñados en su historia, el cuerpo de la artista descansaba en el Tanatorio Norte de Madrid durante más de un mes.
Cansados de esta historia, parte de la familia ha decidido que había llegado el momento de quemar el cuerpo de Cristina. Ha sido la madre de la artista la que ha dado la orden de realizar la incineración con el apoyo de dos de sus hijos, Francisco y Belén. Ellos son los únicos que han acudido a la cremación.
Sin embargo, el resto de sus hermanos no sabían nada de esta incineración. Mari Pepa, Rafael y Trini, el resto de los hermanos de Cristina, estaban en casa luchando por realizarle más pruebas médicas al cuerpo de la vedette. Han sido a través de EL ESPAÑOL cuando han recibido la noticia. "Son unos cabrones", dice al otro lado del teléfono Trini. "Esto es un jarro de agua fría para mí. Estoy indignada. Ahora todo lo que hemos hecho no sirve para nada”, declara Trini. Es la misma opinión que tiene Mari Pepa de todo lo que ha ocurrido. Esta última culpa a Valeria, biógrafa de La Veneno, de que el resto de sus hermanos hayan decidido quemar el cuerpo de la artista.
Se cumple su última voluntad
Según Valeria, como bien publicó en su biografía, La Veneno deseaba que sus cenizas fuesen esparcidas por el Parque Oeste de Madrid. Según el hermano, este era el plan desde el principio. Este mismo miércoles se han esparcido las cenizas de la artista por el porque donde la vedette ejerció la prostitución.
“Lo importante es que se ha cumplido la voluntad. Aquí lo sabía todo el mundo. El que dice que no lo sabía es porque no ha querido saberlo”, dice Francisco, enfrentándose a las declaraciones de sus propios hermanos. “Nosotros sólo queríamos cumplir la última voluntad de La Veneno”, asegura el hermano.
Ahora, la familia pretende organizar una misa en Adra (Almería), el pueblo natal de La Veneno. De momento no hay fecha decidida y el hermano pretende cerrar una fecha para dicha cita en los próximos días. Admite, sin embargo, la división en el pensamiento de la familia sobre lo que había que hacer con el cuerpo.