Carpetazo a la historia de La Veneno. Han pasado más de 40 días desde que se conociese el fallecimiento del icono de los años 90 y por fin sus restos descansan en paz. La última voluntad de Cristina Ortiz, su nombre real, ha sido cumplida y, tal y como relataba en la biografía que se publicó unas semanas antes de su fallecimiento, las cenizas han sido esparcidas por el Parque del Oeste de Madrid.
El proceso ha sido largo y lleno de muchos baches. La Veneno decidía adiós rodeada de mucha polémica, como también vivió. Se marchó dando muchos titulares, como las grandes estrellas. Ni ella hubiese escrito un guión de tal calibre. Su historia concluye dejando atrás a una familia rota y dividida que no se ha puesto de acuerdo en los pasos que debía seguir la investigación de su muerte.
El cuerpo de La Veneno ya había pasado por una autopsia y un segundo examen visual que confirmaba el accidente doméstico que tanto detestaba la familia. Por eso el cuerpo permanecía estancado en el Tanatorio Norte de Madrid a la espera de que un médico forense aceptase el caso y realizase una tercera prueba que confirmase su sospecha: el asesinato.
Familia desesperada
Los días pasaban y la familia no conseguía que nadie tomase las riendas del caso. Es entonces cuando la familia se dividía en dos grupos que perseguían acciones bastante diferentes. A un lado estaba la madre de la artista, seguidas por el hermano mayor Fernando y por la hermana Belén. Ellos querían que Cristina descansase y que sus restos fuesen esparcidos por el parque, siguiendo su última voluntad. Son los que se han salido con la suya.
Este miércoles por la mañana, los restos de Cristina eran incinerados en una ceremonia muy íntima a la que sólo han acudido los hermanos antes nombrados. Para que no incercediesen en la cremación y para que no acudiese la prensa, los hermanos han ocultado al resto de la familia esta fecha y han realizado todo en secreto. Por la tarde acudieron al Parque del Oeste de Madrid, donde esparcieron las cenizas.
Son estos mismos hermanos los que han pedido al abogado de la familia que enviase un comunicado a los medios de comunicación para informar de la incineración mucho antes de informar al resto de sus hermanos. De hecho, era EL ESPAÑOL el que informaba a sus hermanas al recibir el comunicado. Asombradas, llegaban incluso a insultar a sus propios hermanos, dejando constancia de la nula relación que hay en estos momentos tras el fallecimiento de La Veneno.
Divididos por la investigación
Esta parte de la familia que desconocía los planes de la madre de Cristina quería que se le realizasen más pruebas al cuerpo de la artista. Al menos, una más que dejase en entredicho lo que habían sugerido los anteriores exámenes médicos. Trini, Mari Pepa y Rafael no han sido informados sobre la cremación y no han podido acudir al esparcimiento de cenizas que ha tenido lugar este miércoles.
Las sospechas de estos hermanos comenzaron desde el instante en que Cristina ingresó en el hospital. Según asegura Trini, su hermana entró en el hospital con numerosas contusiones que no aparecían definidas en el informe médico. Por eso tomó la decisión de hacerle fotos al cuerpo que les sirviesen más tarde como prueba. Y por eso mismo la dirección del hospital decidió expulsarles de las instalaciones hasta que no tuviesen orden de un juez.
Desde aquel momento, la familia ha estado empeñada en que Cristina había sido asesinada. Algunos señalaron directamente a Alin, el novio de origen rumano de la artista. El joven se ha instalado en la casa de La Veneno y descubrió que había muchos seguidores de Cristina que estaban dispuestos a pagar dinero por las pertenencias personales de Cristina.
Alin, en el centro de la diana
Con él hablamos el mismo día que Cristina era ingresada en el Hospital Universitario de La Paz con un golpe en la cabeza. Una casa destrozada que describía las duras condiciones en las que vivía la pareja. Los vecinos de la zona aseguraban que en esa casa sólo se escuchaban gritos. Él todavía no había limpiado la sangre del suelo. Decía que no tenía ni un euro para comprar comida.
En estas condiciones, Alin comenzó a vender los objetos personales de la artista, desde cuadros hasta ropa. Poco a poco se fue sacando algo de dinero para sobrevivir hasta que aquel piso quedó vacio y sin más contenido que algunos muebles viejos. Llegó a pedir hasta 2.000 euros a la familia para abandonar el piso, pero la familia ha preferido denunciar y que sea la justicia la que le desahucie.
Los 40 días más caros
La familia de La Veneno se estaba empezando a poner muy nerviosa con la situación que estaban viviendo. Cada día en el Tanatorio eran 360 euros que no podían asumir. Los gastos ya sobrepasaban los 20.000 euros y la familia se había planteado el pedir un crédito para poder mantener a Cristina más tiempo en una cámara y que la investigación siguiese viva.
La madre de Cristina no soportaba esta situación y con la ayuda del hermano mayor decidieron incinerar a Cristina sin contarle nada al resto de la familia. “Todo por lo que hemos pasado estos días no ha valido para nada”, dice Trini cuando se entera de la cremación de su hermana. Así es como se cierra la historia de una mujer que era sinónimo de polémica y se murió dejando mucha a su paso.