Pablo Alborán (28 años) está de vuelta. El cantante se ha asegurado de que todo el mundo sepa que ha regresado al mundo de la música después de haber estado dos años de parón. Por eso se ha paseado por varios platós de televisión en los que dejar constancia que ya no está descansando. Este miércoles era el turno de Mi casa es la tuya.
Alborán ha ido hasta la conocida finca sevillana de Bertín Osborne (62) para preparar una barbacoa y, entre brocheta y brocheta, han hablado sobre lo que ha pasado en estos últimos meses, sobre lo que le llevó a abandonar los escenarios y sobre si ha encontrado el amor en todo este tiempo.
"El amor no lo he encontrado, pero me lo he pasado muy bien en estos dos años. Se pueden hacer muchas cosas", ha dicho el cantante sobre su vida sentimental. "Cuando eres conocido no sabes si te sonríen porque eres conocido y hay un interés detrás", ha asegurado.
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El cantante ha contando lo complicado que es ligar cuando es un artista conocido a nivel mundial: "Estaba en una cena cuando se acercó una chica extremadamente guapa. Me pidió una foto y se fue. No me lo podía creer. Había esperado toda la noche sólo para eso". "Me gusta confiar y dejarme llevar. He hecho todo lo que he querido por mucho que digan que soy un niño bueno".
Y es que ha sido en varias partes de la entrevista en las que Alborán ha querido dejar claro que no es tan niño bueno como hacen ver. "No soy un niño perfecto. Me molesta que por miedo dejar de hacer algo. Tengo 28 años y he hecho las mismas tonterías que todo el mundo".
Un 'Yo nunca' atrevido
Para darle algo de sal a la entrevista, la mujer de Bertín Osborne, Fabiola, ha entrado en escena para jugar con el entrevistado y su marido al juego del Yo nunca. Aunque al principio las preguntas eran algo comedidas, el juego ha terminado derivando en preguntas más íntimas.
(Telecinco juega a especular con la vida sentimental de Alborán)
Pablo Alborán empezaba admitiendo que se olvidaba de las fechas importantes. Terminaba bebiendo cuando se le preguntaba por si se había sentido atraído por un compañero de trabajo. "Con una compañera con la que hice un dueto", decía. Dijo que se había colado en una boda.
El tono de la sección iba subiendo. Pablo jamás ha dejado plantado a alguien en una cita, jamás ha hecho una cobra y nunca ha fingido en la cama. Admite haberse bañado desnudo en el mar, haber practicado sexo en un sitio público y haber sido infiel en alguna ocasión.
Su parón musical, una necesidad
Fue durante un concierto cuando Pablo Alborán se dio cuenta de que ya no estaba disfrutando tanto como antes de lo que estaba haciendo. "Se había vuelto en algo automático", asegura.
"En este tiempo he estado en casa, con la familia y los amigos, recuperando la normalidad de mi vida. Para encontrarme he tenido que perderme. Es que han sido siete años en los que no paraba de hacer lo mismo. Me levantaba y tenía una agenda programada para los próximos años", ha dicho, sobre lo que le hizo pedir parar.
En este tiempo dice que ha aprendido a dejar de darle importancia a algunas cosas. "Me preocupaba todo. Estaba siempre pendiente de su me iban a hacer una foto. No me relajaba nunca".
Sin embargo, sí que asegura que en más de una ocasión no le ha hecho ninguna gracia lo que se ha publicado sobre él. "Alguna revista me ha tocado el pie y ya no me afecta tanto", dice. Ha puesto como ejemplo cuando le quisieron relacionar con uno de sus amigos de la infancia, o cuando aseguraron que su padre compraba todos sus discos para convertirle en número uno.