La hija mayor de Juan Carlos de Borbón (78 años) acudió ayer al homenaje de Víctor Barrio en la plaza de toros de Valladolid. La infanta (52) apareció de nuevo en una corrida junto a su pequeña Victoria Federica (15) - que en tres días cumple un año más -, después de la polémica surgida por la exhibición de tauromaquia en Mallorca. Elena lucía un vendaje en su muñeca debido a la caída que sufrió el jueves pasado mientras practicaba equitación.
La infanta disfrutó de la hazaña de los toreros José Tomás, Alejandro Talavante, El Juli, Morante de la Puebla, José María Manzanares y José Padilla, que brindaron su éxito a la viuda de Barrio, fallecido en julio por una cornada mortal. La hija del rey emérito ha heredado de su padre la afición a los toros, al igual que ella se lo inculca a sus hijos, sobre todo a la menor. Pero al parecer no es lo único que tiene en común con su padre, la infanta Elena, tras su accidente con el caballo, sigue la estela del Borbón, que en los últimos tiempos le hemos visto más veces acompañado de vendajes y muletas que sin ellas.
La hermana del actual rey se cayó del animal mientras cabalgaba por el Palacio de la Zarzuela, y el resultado fue una lesión en la muñeca de la que posteriormente fue operada en el hospital. Juan Carlos y Sofía (77) acudieron al día siguiente a ver a su hija que pasó la noche en observación, pero que horas más tarde recibió el alta. Este percance de la hija mayor de los Borbón no ha sido un susto de mayor gravedad, pero puede ser el inicio de la mala suerte que ha tenido su padre con los accidentes.
El rey emérito ha sido operado trece veces. Tres de ellas se produjeron por accidentes que Don Juan Carlos sufrió mientras practicaba deporte y el resto por motivos de salud. La operación de cadera que sufrió el rey tras su viaje a Botsuana fue uno de los más sonados, pero no el último de los sucesos que han rodeado al monarca en cuanto a su estado físico. En aquel entonces Zarzuela informaba de que el que fuera rey de España tenía que someterse a una pequeña intervención para corregirle la luxación en la cadera, parte de su anatomía que le traerá la mayoría de los quebraderos de cabeza relacionados con su bienestar.
En los años 80 comenzó su mala racha. Cadera, espalda - por una hernia discal - , rodilla - se realizó una artoplastia - y pie - por el tendón de Aquiles - son las partes del cuerpo que han llevado a don Juan Carlos al quirófano. Aunque también ha sufrido accidentes más leves que se quedaron en simples moratones, rasguños o algún vendaje. En 2001, se intervino quirúrgicamente para eliminar unas varices y por un nódulo pulmonar benigno en 2010.
La última vez que el monarca se sometió a una operación fue en noviembre de 2013 por una prótesis de cadera que al parecer es la definitiva. Pero también le acompañan en su trayectoria de 'malas patas' unos cuantos traspiés que acentuaron aún más sus achaques. Uno de los tropezones que más se viralizó en la red fue el que sucedió el 2 de agosto de 2012 cuando saludaba a las tropas durante su visita al Estado Mayor de la Defensa.
El vídeo de su caída fue modificado por muchísimos usuarios de internet que vieron la ocasión perfecta para crear 'memes' con el percance que, afortunadamente, quedó en un susto y el monarca pudo continuar la visita con normalidad. Pese a la rapidez de actuación de los escoltas y personalidades allí presentes por tapar la imagen del entonces rey en el suelo, las cámaras fueron más veloces. La caída se produjo cuando Juan Carlos se dirigía con el ministro de Defensa, Pedro Morenés, hacia el interior del edificio y al girarse para saludar a la prensa, no calculó bien y tropezó con el escalón. El golpe le dejó señales en la frente y sobre todo en la nariz, además de varios arañazos en la barbilla.
Tras esta primera caída de la infanta, de la que no hay imágenes del momento como sí ha ocurrido en las protagonizadas por el rey emérito, los genes apuntan a que podrían suceder próximos episodios parecidos, pero no deseamos que así sea. Solo el tiempo dirá si Elena ha heredado el infortunio de su padre, o si el suceso del caballo se queda en una simple anécdota de su vida.