Que la realidad supera la ficción es un tópico que se cumple casi siempre, sobre todo cuando nos referimos a la familia real británica. En la película The Queen (Stephen Frears, 2006), aparecía un príncipe Carlos (67) atemorizado por los fans de Diana, a quienes consideraba capaces de dispararle incluso en el funeral de la princesa del pueblo. Muchos tildaron el gesto de peliculero y se equivocaron: Carlos de Inglaterra temía por su vida y pensó que los fans de su ex mujer podrían asesinarle.
El funeral era, a esos efectos, el escenario perfecto. "Si alguien saca una pistola y me dispara... Eso es todo", comentó el heredero a su círculo más íntimo. Ingrid Seward, veterana corresponsal de la Casa Real británica, hizo estas revelaciones el lunes en el festival Literario de Henley.
Seward, una de las periodistas que mejor conoce los entresijos de la Casa Real británica, habló en su momento con Dickie Arbiter, jefe de prensa de la reina en aquel entonces, quien le admitió el Carlos estaba seguro de que mucha gente le culpaba de todas las desgracias de Diana.
Fue el Annus Horribilis de la monarquía británica, tal y como lo bautizó la propia reina Isabel II (90) en un discurso oficial. La muerte de Lady Di dejó muy tocada la imagen de la realeza, algo totalmente palpable en en el desfile que se celebró para rendir homenaje a la fallecida.
El miedo del príncipe no era infundado del todo, comentó Seward. Así lo vivió el príncipe de Gales, según relató la corresponsal: "Las calles de Londres estaban muy silenciosas. Podías oír si una chincheta caía al suelo. Podías oír todo lo que la gente decía. Y decían: 'Míradle, miradle'. Estaban siendo bastante groseros. Durante todo el desfile pudo oír estas palabras y pensó que no iba a terminar de dar la vuelta entera".
El príncipe fue "fatalista" ante lo que podía ocurrir durante el cortejo fúnebre que iba a acompañar al féretro hasta la Abadía de Westmister. Fueron varias horas interminables que el príncipe vivió junto a sus hijos Guillermo (34) y Enrique (32). "Estaba extremadamente nervioso porque era el enemigo público número 1", añadió Seward.
El miedo pasó y los tiempos son otros. Nadie sabe lo que hubiera sucedido con Diana de Gales en la actualidad de redes sociales. El escrutinio público al que deben someterse los miembros de cualquier Casa Real se ha visto aumentado por la presencia de Twiter y Facebook.
Lo constata la misma biógrafa real, quien señaló en su conferencia que considera que las redes sociales tienen mucha influencia sobre el comportamiento de los príncipes. Es más, llegó a afirmar que si Enrique se separó de Cressida Bonas (27) en 2014 fue precisamente por esa presión. "Cressi llegó a decir que era horrible porque cada vez que salia de casa podía oír a la gente criticándola".
Diana de Gales, aquella muchacha frágil, la princesa que siempre vivió pendiente de lo que decían de ella... Para Lady Di las redes sociales habrían sido, sin duda, insoportables. Como lo fue su funeral para el príncipe Carlos.