Dos cosas llaman la atención cuando uno se adentra por primera vez en el atelier que el diseñador Marcos Luengo (52 años) posee en la madrileña calle Jorge Juan: la gran cantidad de luz que entra a través de los enormes ventanales y la original decoración de la estancia, que la convierte, contra todo pronóstico, en un acogedor lugar. Pocos saben que es el responsable de ello es el propio Luengo, que junto a su familia diseñó el interior del atelier en tan sólo 15 días con los materiales y telas procedentes de su taller en Oviedo.
Luengo está casado desde hace más de dos décadas y tiene dos hijas. La primogénita recibió una beca del ICEX gracias a la cual comenzó a pensar en la internacionalización de la empresa familiar. La pequeña, por su parte, estudia Diseño de Moda en Florencia. Ambas han ejercido alguna vez de modelos con los diseños de su orgulloso padre.
De igual forma, dos rasgos destacan en la personalidad del sastre: la humildad de quien está orgulloso de su lugar de origen y la prudencia en lo que se refiere a sus clientas. Eso sí, no puede evitar emocionarse al hablar de la última y más famosa de todas: la reina Letizia (44).
¿Cómo descubrió que la reina iba a vestir su famoso abrigo -sin el característico cinturón-?
Nosotros no sabíamos cuándo lo iba a lucir. Teníamos la sospecha, por las características de la prenda y el clima, de que pudiese ser para esos días tan importantes para Asturias. Nuestra tienda está próxima al hotel Reconquista y esa mañana yo estaba justo enfrente. Al fondo, en el hall del hotel, me pareció ver algo fucsia moviéndose y cuando vi que la reina Letizia salía por la puerta con mi abrigo, me emocioné. Fue toda una sorpresa. Además, era un día gris y el color fucsia del abrigo destacó muchísimo.
¿Cómo ha sido recibido en su tierra ese gesto de la reina Letizia?
A los asturianos les ha gustado mucho el hecho de que la reina apoye a un diseñador asturiano. Me han llegado muchos mensajes que dan cuenta de que ese gesto encantó. Y a mí, por supuesto. Fíjate que hasta la prensa internacional se ha hecho eco del abrigo.
¿Continuará de algún modo la colaboración entre la reina y usted?
No tengo constancia de ello. Evidentemente me encantaría y creo que nuestro producto encaja muy bien con el estilo de la reina.
Y después de ese día, llegaron más peticiones...
Aún estamos asimilando pero continuamente recibimos llamadas. Si bien es cierto que contamos con un pequeño stock de ciertas prendas como el abrigo -que no es nuevo, sino que lleva en nuestra colección desde 2014-, realmente trabajamos a medida, pero he de decirte que ya hemos pedido más metros de tela para seguir confeccionando. Está muy demandado, yo creo que también de cara a navidad. Quizá a partir de ahora tengamos que hacer un stock más grande pero nunca llegaremos a tener una producción industrial, porque perdería el encanto.
Además de la reina, ¿qué otras personas diría que son buenos representantes de la Marca España en el mundo de la moda?
Al margen de doña Letizia, que es una de las mujeres más fotografiadas del mundo, Isabel Preysler. Se ponga lo que se ponga, es una venta asegurada. Pero hay mucha gente famosa que viene y que yo desconozco y me doy cuenta cuando aparecen en las revistas con mis diseños.
Un psicólogo y profesor reconvertido en diseñador
¿Cómo acaba un licenciado en psicología y profesor de inglés liándose la manta a la cabeza y montando su propio negocio de moda?
Me pasé la vida estudiando, hasta que en el año 2000 me lancé a fabricar bolsos. Cuando uno lleva un tiempo haciendo lo mismo llega un momento en el que apetece cambiar. Si no, la vida es muy aburrida. Es lo que nos pasó a mi mujer y a mí. Ella ejercía la psicología. Yo nunca llegué a ejercer, aunque en cierto modo ahora ejerzo todos los días un poco (ríe). Hay que saber lo que tienes enfrente, qué es lo que esa persona espera de ti y qué es lo que tú le puedes ofrecer para darle lo que busca. El secreto está en que se sienta a gusto con lo que lleva porque eso se notará y las verás guapas.
¿Le costó encontrar su sitio en el mundo de la moda?
Es algo que escucho constantemente. Todos los mundos son complicados. Si quieres progresar o prosperar en cualquier ámbito va a ser duro, porque siempre habrá quien quiera echarte abajo.
¿Cuál ha sido el momento más difícil?
La crisis. Yo era fabricante de bolsos en aquel momento. Todos tuvimos que reinventarnos en aquel momento. Nosotros decidimos lanzarnos y empezamos con la ropa a medida. Hasta ese momento la gente recurría a ello prácticamente sólo cuando tenía algún evento importante.
¿Y por qué bolsos?
Porque, sinceramente, nos pareció lo más fácil. No hay tallas. Son piezas que no necesitan encajar.
Y luego llegaron los vestidos de novia...
Fue gracias a una de nuestras clientas, que quiso que confeccionara su vestido para el gran día. Y nuevamente nos lanzamos a ello. Ahora hacemos vestidos, cada uno de ellos de forma personalizada y distinto a cualquier otro para sacar el máximo provecho de cada una de las clientas. Lo único que tienen en común es que todos cuentan con la seña de identidad de Marcos Luengo: los bordados de piedras semipreciosas.
Los sueños de Marcos Luengo
¿En qué se inspira un asturiano como usted?
La inspiración me tiene que coger trabajando. Quizá capto cosas en mis viajes que luego se traducen en las colecciones, pero a priori no soy consciente de ello. En principio, lo que me inspiran son los materiales y al elegir el material ya es cuando me viene una idea preconcebida del diseño.
Si Marcos Luengo vistiera de un diseñador que no fuera Marcos Luengo, ¿a quién elegiría?
Yo soy autodidacta, pero me gusta mucho Balenciaga porque al final de su carrera abstrajo el patronaje, con una sola costura era capaz de hacer una silueta perfecta. Me gusta cualquiera que sea sencillo y limpio, que no abuse de un uso evidente de su marca.
Y usted, ¿a quién le gustaría vestir?
Soy muy poco mitómano y muchos de los iconos de moda están muy manidos. Tengo la suerte de tener, aquí y en Oviedo, una clientela tremendamente elegante y estoy muy satisfecho con el público que tengo. Ahora bien, si vuelvo a tener algún cliente conocido como ocurrió en su día con la reina Letizia, yo estaré encantado.
¿Qué sueño le falta por cumplir?
No me gusta hacer muchos planes de futuro, las cosas van fluyendo y yo cambio de estrategia cuando algo me resulta monótono. Yo espero morirme viviendo de la moda.