Desde hace décadas, la Real Casa de las Dos Sicilias vive su particular Juego de Tronos. El enfrentamiento entre Charles de Borbón Dos Sicilias (53 años), duque de Castro, y Pedro de Borbón Dos Sicilias (48), duque de Calabria, viene de lejos. Concretamente desde la época de sus abuelos: el príncipe Fernando de Borbón murió sin descendencia, por lo que su hermano Carlos hubo de sucederle, pero éste renunció a sus derechos por amor. Así, su hermano Rainiero (abuelo de Charles) fue el legítimo heredero. Años después los hijos de Carlos y Rainiero, comenzaron la guerra por el trono.
En 2014, ambos sellaron una paz que, a juzgar por los hechos, se ha revelado como ficticia. EL ESPAÑOL ha hablado con el duque de Castro sobre esta cuestión y sobre la relación que mantiene actualmente con la Familia Real española.
¿En qué punto se encuentra exactamente su relación con Pedro de Borbón, actual duque de Calabria?
Cuando Carlos (el padre de Pedro de Borbón) enfermó, quise tratar de poner fin un conflicto que había envenenado la vida de mi padre y la de mi abuelo. No quería que nuestros hijos sufrieran. En 2014 se decidió de común acuerdo el reconocimiento mutuo de los títulos de la familia que ambos ostentábamos. Para mí era una enorme concesión debido a que ni don Carlos ni don Pedro tenían el derecho de pretender a dichos títulos, vista la renuncia de su antecesor, el príncipe Carlos Tancredo, pero consideré necesario tenderle la mano y poner fin a esta disputa.
En respuesta a mi gesto, hace unos meses don Pedro no encontró nada mejor que hacer que publicar una declaración en la que se proclamaba jefe de la Casa Real de las Dos Sicilias en mi lugar. Esto equivale a romper unilateralmente nuestro acuerdo. Así que mi hija -la princesa María Carolina- es ahora la única duquesa de Calabria.
¿Por qué cree que Pedro de Borbón se considera legítimo heredero de la Jefatura de la casa Dos Sicilias pese a la renuncia de uno de sus antepasados?
Es a él a quien debe hacer esta pregunta.
¿Qué acciones piensa llevar a cabo para reivindicar su lugar como jefe de la Casa de las Dos Sicilias?
Recientemente el duque de Calabria lo reivindicó para sí mediante un comunicado. Por mi parte no tengo nada que recuperar ni revindicar en la medida en la que yo soy el único pretendiente legítimo a la antigua corona de las Dos Sicilias y que se me reconoce como tal, tanto por la República Italiana como por distintas cortes de Europa.
Se ha cumplido un año del fallecimiento de Carlos de Borbón Dos Sicilias, infante de España y primo del rey Juan Carlos (78). ¿Qué relación mantenía con él?
Ninguna desde hacía mucho tiempo, debido a las demandas sin fundamento de esta familia que habían provocado una brecha infranqueable entre nosotros. Fue solo para tratar de salir de este punto muerto por lo que acepté firmar un acto de reconciliación. Lo menos que se puede decir es que mi gesto, que fue un acto de concordia, no fue compensado.
Precisamente Carlos de Borbón Dos Sicilias mantenía una estrecha relación con su primo, el emérito. ¿Interpreta este gesto como un respaldo de la corona española a su 'rival'?
Sin el apoyo del rey emérito, don Carlos jamás hubiera podido llegar tan lejos en sus pretensiones. Puedo entender que el monarca emérito mostrara cierta inclinación hacia un pariente con el cual mantenía lazos de afecto, pero el rey era también jefe de la Casa de Borbón, y como tal tenía el deber de respetar el pacto de familia firmado en 1901. No fue así, y es algo que lamento profundamente.
Esta situación podría recordar a la que se vivió en España y que permitió el acceso al trono del rey Juan Carlos...
Todo el mundo sabe que el rey no era el primero en la orden de sucesión de la corona española. Su padre, el conde de Barcelona, no era más que el hijo menor del rey Alfonso XIII. Fue solamente después de la doble renuncia en 1933 de los dos hermanos mayores cuando conde de Barcelona pudo acceder, por sí mismo, a los derechos de la corona española en 1941 y transmitirlos así sucesivamente a su hijo, el futuro rey Juan Carlos.
Es más, si los Borbones reinan a día de hoy en España, es gracias a nuestro antepasado común el rey Felipe V. Como vemos, las renuncias dinásticas forman parte no solo de nuestra historia familiar, sino también de la de Europa. Es la razón por la cual no hemos entendido nunca que la Casa Real española pueda apoyar unas pretensiones que son contrarias a una renuncia tan legítima como en la que se basan hoy sus propios derechos a la corona...
Por esa regla de tres, ¿considera entonces a Luis Alfonso de Borbón (hijo de Alfonso de Borbón y Dampierre y Carmen Martínez Bordiú) heredero legítimo del trono español?
Sólo hay un rey legítimo en España, su majestad Felipe VI (48).
¿Qué opinión le merece el rey Felipe como rey?
Que quede claro que la situación con don Pedro no me desune de la Familia Real española. El rey Felipe VI ha heredado una situación familiar y política extremadamente difícil. Desde 1981, la monarquía española no había atravesado una crisis tan grave como la que sufre actualmente. Ha hecho frente con una dignidad, un sentido político y una fuerza que avivan mi admiración. Estoy convencido de que los españoles le están agradecidos por la perspicacia que demuestra desde entonces para salvaguardar la unidad política y territorial de España.
La exposición sobre Carlos III
Con motivo del tercer centenario del nacimiento de Carlos III, la Casa de la Moneda de Madrid acoge una muestra que cuenta con varias piezas donadas precisamente por el duque de Castro, como el manto cereminial de la Insigne y Real Orden de San Genaro bordada en oro y plata, que llega directamente desde Roma.
¿Por qué se ha optado por su rama para este homenaje en lugar de la de Pedro de Borbón?
Por la sencilla razón de que no existen dos ramas, sino una sola y única Casa Real con dicho nombre, de la cual yo soy el jefe. Hay que recordar lo sucedido en 1901, cuando Carlos Tancredo renunció para sí mismo y para sus descendientes a todos sus derechos sobre la Casa de las Dos Sicilias al casarse con la hermana mayor del rey Alfonso XIII. En ese momento, el bisabuelo de don Pedro no sólo cambió su nacionalidad, sino también su nombre y se convirtió en Carlos de Borbón y Borbón, infante de España. Desde entonces su familia es española y no tiene nada que ver con Italia porque bajo una la ley, defendida por el mismo Carlos III, la familia de España no puede reclamar el trono de las Dos Sicilias. Así que esta cuestión está, una vez más, zanjada por hecho y por derecho desde hace más de un siglo.
¿Por qué ha decidido prestar hasta ocho piezas a la muestra?
La Casa Real de las Dos Sicilias es depositaria de un magnífico patrimonio cultural. Una parte de este legado pertenece hoy al pueblo italiano, pero consideramos que es nuestro deber defenderlo y promoverlo. Otra parte de este patrimonio, compuesto de objetos, recuerdos y distintas reliquias históricas familiares, se encuentra aún en nuestra posesión y es mi deber permitir al público que puedan admirarlo.
En la medida en la que yo soy el único depositario de estas reliquias, soy el único miembro de la Familia Real de las Dos Sicilias que ha podido prestar estos objetos.
Heredó estas piezas como depositario oficial de este legado. ¿Cómo se llevó a cabo ese reparto?
He heredado la propiedad de estos recuerdos históricos tras la muerte de mi querido padre, cuando me convertí en duque de Castro y en jefe de la Casa Real de las Dos Sicilias. Por supuesto que existen otros objetos relacionados con la historia de mi familia. Nosotros solo hemos prestado para esta exposición de la Real Casa de la Moneda algunos recuerdos relacionadas con el rey Carlos III, nuestro antepasado común con el rey Felipe VI.
¿Cuál exactamente su papel en esta exposición?
Mi objetivo es promover la memoria de un reino ya desaparecido y una dinastía que está muy viva y que ha modelado la Europa de los siglos XVIII y XIX. Yo no soy ni conservador ni historiador, y quiero reconocer el trabajo realizado. Por eso he querido apoyar esta iniciativa, porque demuestra que los Borbones ya habían empezado a crear esta Europa.