Nadie duda de que si la princesa Diana pudiera escoger a quien invitar a los funerales por el 20 aniversario de su propia muerte, la reina Isabel II no estaría en la lista. Y parece que sus hijos lo tienen en cuenta. La reina de Inglaterra no podrá decidir ni un detalle de los homenajes que se organicen este año, 20 después de la trágica muerte de la princesa del pueblo. Y aunque la monarca quisiera, quizás tampoco pueda. No es una idea descabellada: Isabel II lleva varias semanas recluida en palacio por un resfriado que no termina de curarse. Tanto, que no ha podido asistir ni a la misa de Navidad ni a la de Fin de Año, dos fechas sagradas en la agenda de la monarca.
La salud de la reina se ha convertido en cuestión noticiosa. El 31 una cuenta falsa de la BBC en Twitter publicó el fallecimiento de Isabel II y muchos medios lo publicaron sin más. Pero que no cunda el pánico: según las últimas informaciones oficiales, la reina está "mejor".
El fin de año no salió de casa pero sí que tuvo actividad social. A sus 90 años, invistió a Ray Wheaton, jefe de Cámara, con la insignia de Teniente de la Real Orden Victoria en Sandringham. Fue en esta localidad donde su hija, la princesa Ana, habló a la salida de la iglesia de Santa María Magdalena para decir que su madre "se encuentra mejor". Así que si no hay cambios a la vista, la preparación del 20 aniversario de la muerte de Lady Di seguirá su curso normal. Y serán sus hijos y no la Casa Real británica quienes decidan todo, absolutamente todo lo que se haga. "Los príncipes han decidido que no será un acto de la Familia Real", ha asegurado el Daily Mail.
Tampoco vayan a pensar que se está organizando una gran celebración. Los hijos de la princesa, Guillermo y Enrique, han decidido que no es momento de tirar la casa por la ventana. Será un aniversario de "bajo perfil", tal y como ha publicado el citado periódico, y se centrará, sobre todo, en recaudar fondos para la lucha contra el sida, una de las labores en las que más empeño puso su madre.
Los hermanos no quieren que se repita el concierto organizado en 2007 para el 10 aniversario de la muerte de su madre. Fue una cita multitudinaria (contó con 63.000 asistentes) en el estadio de Wembley marcada en la agenda de la Casa Real. Pharrell Williams, Elton John y Rod Stewart fueron algunos de quienes participaron en un acto retransmitido por televisiones de todo el mundo con una audiencia de 500 millones de personas. Este año habrá un concierto también, pero será menos ambicioso y más acorde con los gustos de Diana y sus hijos.
El de 2007 fue un acto organizado por la Casa Real, lo que hizo que los hijos de Diana perdieron el control sobre todo lo que sucedía. Surgió entonces la controversia. Camilla Parker Bowles, actual duquesa de Cornwall, estaba en la lista de invitados, algo que enfureció a los fans de Lady Di (ella la llamó la "tercera persona" de su matrimonio) y hasta una de sus mejores amigas, Rosa Monckton, criticó su presencia. Finalmente su nombre saltó de la lista pero el drama estaba servido. Nada de eso volverá a suceder ahora que sus hijos son mayores. Serán ellos quienes controlen todo lo que rodee al homenaje a su madre.
"Ellos están al cargo de todo lo que tenga que ver con el aniversario y todo el mundo, incluido su padre, están de acuerdo con que así sea". Conscientes ya de el enorme peso que el recuerdo de su madre tiene en el imaginario popular, los dos hijos de Diana no están cómodos con los homenajes que se le han brindado a su madre hasta la fecha. En una reciente entrevista concedida en Florida en un viaje oficial, el príncipe Enrique dijo que aprovecharán el aniversario para hacer justicia con su madre. "Queremos estar seguros de que haya algo por lo que sea recordada porque lo cierto es que no hay nada suficiente en la actualidad en Londres o en cualquier otro lugar de Gran Bretaña por lo que ella sea recordada".
Directo y convencido, el menor de los hermanos añadió: "Creo que tanto yo como mi hermano y algunas pocas personas más estamos de acuerdo en eso. Es necesario poner algo en piedra o en forma de memorial. Todavía hay mucha gente que habla de ella. Nosotros pensamos en ella cada día, así que estaría muy bien que en el 20 aniversario de su muerte se cree algo que dure para siempre como reconocimiento de lo que hizo cuando estaba viva".
Aunque la Casa Real británica no tenga demasiados planes para este 20 aniversario, en Reino Unido son varios los preparativos que se llevan a cabo. Y como es necesario esta vez, cuentan con el beneplácito de los príncipes. El 24 de febrero se inaugurará en Kensington Palace, en Londres, una exposición de vestidos lucidos por la princesa Diana. La blusa que usó para el anuncio de su compromiso con el príncipe Carlos será una de las piezas que se exhiban. "La muestra explora la historia de una mujer joven que tuvo que aprender muy rápido las leyes de vestimenta reales y diplomáticas", ha comentado la directora de la exposición, Eleri Lynn.
También habrá un homenaje floral en la capital británica. Se plantarán flores especiales en el Jardín Sunken, como margaritas y graminias para recordar las ofrendas que recibió una vez muerta tras el accidente de coche en París, el 31 de agosto de 1997. El jefe de jardinería de Palacio, Sean Harkin, ha sido el encargado de escoger el Jardín Sunken, creado en 1801, como lugar para el memorial porque sabe que Lady Di solía usarlo para sus paseos solitarios y se encargaba de que estuviera cuidado. "Solía pasar y preguntar a los trabajadores cómo iba el jardín, todos lo recuerdan", ha declarado Harkin.
Amante de la libertad, Lady Di era experta en romper el protocolo. Y su actitud enfurecía tremendamente a su suegra. Pero tras su muerte, y con el paso de los años, parece que se ha hecho justicia poética. Porque en marzo de este año, el Daily Mail publicaba un artículo en el que entrevistaban a personas del círculo íntimo de la reina. Ante la evolución de sus nietos Guillermo y Enrique, Isabel II se mostraba satisfecha y aseguraba que "quizás, después de todo, tenemos mucho que agradecer a Diana".
"La reina ve lo mucho que Diana resplandece a través de sus hijos", comentaba una amiga de la monarca, "y el efecto que tienen sobre la gente corriente. Es a Diana a quien la gente ve. Ese sentido de la diversión, esa facilidad en el contacto".
Parece que finalmente, el reinado de 64 años de Isabel II podría tener un final feliz. Tras aquella época marcada por el annus horribilis en el que murió Diana, tras una imagen dañada de una forma que parecía eterna, los hijos de la princesa del pueblo son los auténticos herederos de una corona necesitada de cercanía y distensión. Lo sabe incluso la recta y disciplinada reina de Inglaterra, una mujer cuya salud está en entredicho. Una reina que deberá celebrar el 20 aniversario de la muerte de Diana sin poder decidir.
Han sido sus hijos, aquellos niños confundidos que no entendían nada de lo que sucedía a su alrededor, quienes venguen la muerte de su madre como ella misma habría hecho. La casa real no participará en la organización de homenaje alguno. Ha tenido 20 años para hacer y según los príncipes, no han sabido hacerlo.