Ya se ha iniciado la cuenta atrás para un eventual ingreso de Iñaki Urdangarin en prisión. El trámite de los múltiples recursos de casación entrecruzados del caso Nóos ya está en marcha y se espera que para febrero o marzo, no más tarde del primer semestre del año, la Sala Segunda del Tribunal Supremo decida sobre el futuro de lo que sería la patata más caliente de la historia de Instituciones Penitenciarias, en un país en el que han estado en prisión un ministro del interior, y hasta un presidente de una comunidad autónoma. Quedaba por llegar un miembro de la familia real.

Es aventurado hacer quinielas sobre lo que puede ocurrir con Iñaki Urdangarin. Las fuentes consultadas discrepan sobre la pena final y sobre el destino del ex duque de Palma. Santiago Arteche, abogado Penalista con treinta y cinco años de experiencia que ha defendido a políticos del PP y del PSOE en casos de corrupción se atreve a aventurar: “Mi impresión es que va a ir a prisión. La única forma en la que se libraría si se confirmara la sentencia o se le impone una pena menor que inferior a dos años años, sería mediante un indulto por parte del Consejo de Ministros. Ningún Gobierno, sea del color que sea puede permitirse ese lujo. Sería un escándalo jurídico y social”.



¿Cuánto tiempo estará entre rejas?

La pregunta es: ¿Cuánto tiempo permanecería Urdangarin en prisión? El letrado, colegiado en Madrid, sostiene: “En mi opinión menos de un año no estaría, pero tampoco mucho más, aunque le confirmen los seis años y tres meses de condena. Ahí si imagino que harán algo. Las leyes pueden ser interpretadas, se puede jugar un poco. Si antes de un año estuviera ya fuera de la cárcel sería un escándalo, pero igual entienden que 12 meses sí serían aceptables y asumibles por la sociedad”.

Menos optimista se muestra una persona que ha formado parte del círculo más íntimo de la pareja que lamenta la torpeza de Iñaki Urdangarin: “Este asunto se podría haber resuelto hace mucho tiempo, en el 2011 si hubiera llegado a un acuerdo para pagar las sanciones correspondientes y la sociedad ya se habría olvidado del todo”. Esta persona, que aprecia sinceramente tanto a la Infanta como a su marido también considera que no su abogado no debió recurrir: “Tenía que haber cogido el toro por los cuernos y entrar en prisión de forma voluntaria ¿Y si endurecen la pena ahora? ¿Con qué cara se va a quedar?”.

En cualquier caso, ocurra lo que ocurra, el amor de la Infanta hacia su marido no ha disminuido: “Si han pasado por todo lo que han pasado, que en resumidas cuentas ha sido lo peor, no van a tirar ahora la toalla. Cristina no va a dejar en la estacada a su marido cuando más lo necesita. Ella le quiere y mantener a su familia unida es lo más importante”.

Según los que la conocen, la Infanta Cristina, la que siempre fue la hija favorita de Juan Carlos I, es una mujer fuerte, más incluso que su marido, y sabrá sobrellevar las nuevas condiciones de vida que le van a venir impuestas en el caso de que no se admita el recurso de Pascual Vives y su marido ingrese en prisión. Desde su entorno confirman a EL ESPAÑOL que no está previsto este año un cambio de planes en su trabajo como directora Internacional de la Fundación La Caixa. Su sede de trabajo y su domicilio seguirán siendo Ginebra y continuará viajando a Barcelona con regularidad, como ha hecho hasta ahora.



Entrada voluntaria en prisión

¿Qué destino sería el elegido por Iñaki? Se da por hecho que si finalmente tiene que ingresar en prisión lo hará de forma voluntaria sin agotar el plazo otorgado para poner sus asuntos en orden. No esperará a ser detenido. Tiene derecho a elegir prisión. “Lo más lógico sería una cárcel cerca de un Aeropuerto con vuelos cortos y directos a Ginebra, nos revela una fuente cercana a su entorno”. Estremera podría ser una opción, pero fuentes relacionadas con Instituciones Penitenciarias se inclinan también por “una cárcel pequeña, fácil de manejar, al estilo de la que ocuparon Barrionuevo y Vera en Guadalajara…Segovia sería una opción magnífica”.

También existe otra posibilidad, y es Álava, sin comunicación de vuelos con Ginebra, pero un lugar donde vive casi toda la familia de Urdangarin y donde puede demostrar arraigo. Su madre, de edad avanzada y sus hermanos se lo agradecerían. La integración no sería en principio difícil.



No hay que olvidar que para muchos vascos, incluido su tocayo, Anasagasti, Iñaki era un buen muchachote que “se corrompió” al acercarse a la monarquía. Por las calles de Alaba, los Urdangarin pueden caminar con libertad sin ser insultados. Iñaki podría ver a su familia todos los fines de semana a través de un cristal, pero, es una opción complicada desde el punto de vista político. En la prisión de Zaballa, considerada como de lujo, hay muchos presos etarras, pero son de los denominados arrepentidos, procedentes del penal de Nanclares de Oca.



También se mencionó en algunos medios Brieva, la prisión donde estuvo ingresado Roldán, pero sería una doble condena. “Hay un pequeño módulo para hombres donde ha estado ingresado algún confidente, pero sería una doble condena. Se moriría de pena. Solo vería al funcionario que le llevara la comida y solo saldría al patio cuando no hubiera mujeres”, añaden nuestras fuentes.



Un compañero de celda adecuado



Habría que buscarle un compañero adecuado para él que quisiera estar allí, incluso para evitar riesgos de suicidio, como ocurre con otros presos de sus características. Hay que tener en cuenta que no ha pisado una cárcel con anterioridad”

¿Hasta qué punto puede afectar la situación a la relación de Iñaki y Cristina? Ha trascendido que toda la familia ha recibido apoyo emocional y psicológico bajada a los infiernos que se avecina para el pater familias. De vivir en un ático de 200 metros cuadrados en el barrio Florissant de Ginebra a una celda de a lo sumo once metros de cuadrados. Iñaki, que compraba en Semon en Barcelona los platos más exquisitos tendrá que acostumbrarse al menú de las cárceles españolas. Solo en las catalanas, una opción inviable en estos momentos, el menú tiene fama de ser más que aceptable.

La infanta tendrá derecho a mantener un vis a vis íntimo con una duración de entre una hora y tres horas con su marido una vez al mes, quien también podrá disfrutar de un vis a vis familiar mensual con los suyos.



Al economato como uno más

La frecuenta de estos encuentros puede aumentar por buen comportamiento. Iñaki podrá comprar en el economato las patatas fritas, los refrescos y los dulces para sus hijos con los cien euros semanales de los que podrá disponer para gastar en el economato, aunque sus familiares también pueden llevar ropa, ciertos comestibles y algunos libros. A los visitantes no se les cachea en profundidad, pero al preso, al regreso, sí se le suele pasar algo más que una raqueta, ante la eventualidad de que se le haya dejado algún objeto cortante o drogas.

El único consuelo que le queda a Urdangarin es que tendrá tiempo para practicar deporte y recuperar la forma física, nunca perdida del todo, de ese cuerpo de atleta que conquistó a una Infanta de España. Si Mario Conde fue un buen bibliotecario, él sería un magnífico instructor en el gimnasio.