Ya hay confirmación de Palacio. Meghan Markle (36 años) tiene oficialmente una sombra más que añadir a las de sus escoltas: la de su asistente personal. Este martes Kensington hacía público el 'fichaje' de Amy Pickerill como mano derecha de la actriz estadounidense. Comparte esas mismas labores profesionales con los duques de Cambridge y el príncipe Harry, pero lo hará de especial modo y con mayor implicación en el caso de Meghan, dado su desconocimiento hasta ahora del protocolo y del cómo actuar desde su posición de royal, no solo en el trato con la gente sino también en lo que respecta a su seguridad.
La Casa Real británica no ha querido arriesgarse y por eso ha contratado para esta tarea a Pickerill. La joven tiene todas sus redes sociales bien cerradas y filtradas a la curiosidad del ojo ajeno, pero ya conocemos ya su rostro. Y es que estuvo al lado de Markle durante la visita de los prometidos a Edimburgo. Era esa mujer de melena rubia, anillos dorados y manicura francesa perfecta que acompañaba a la actriz y le ayudaba con los regalos que la gente de Escocia le obsequiaba.
Pero lo que no muchos saben es la trayectoria profesional que carga a sus espaldas. Si existiera un 'currículum azul' para aquellas personas que han ejercido sus trabajos rodeados de personalidades con la llamada 'sangre azul', el de ella sería el más azul de todos. Y es que desde que se licenció en la Universidad de Nottingham en Historia y después de cursar un máster en Periodismo en radio y televisión no ha dejado de trabajar para las empresas más potentes de Reino Unido y la mayoría relacionadas con la realeza de alguna manera.
El mismo año en el que terminó el máster, en 2009, se adentró de lleno en la Tesorería Británica, donde se controla el ejercicio fiscal y financiero de todo el país. Empezó fuerte en el terreno laboral, pero continuó tal arranque en el Royal Bank of Scotland, toda una institución fundamental para el sector de poder de Gran Bretaña.
También experimentó con nueva aventuras en el terreno de las Relaciones Públicas al otro lado del Atlántico, y es que formó parte de una reconocida agencia publicitaria de Manhattan, en Nueva York. Sin embargo, enseguida volvió a pisar suelo inglés y fue nada menos que para 'meter la cabeza' en la Casa Real británica.
Era septiembre de 2016 y ya le otorgaron la batuta de todo lo relacionado con la Comunicación entorno al príncipe William (35), Kate Middleton (35) y Harry de Inglaterra (33). Junto a ella trabajaban codo con codo otro grupo de profesionales encargados de los citados tres royals, pero este febrero de 2018, ha sido solo ella la nombrada secretaria personal de los asuntos de Meghan Markle.
Todas las miradas, tanto de la ciudadanía como de los círculos más expertos, se dirigen en estos momentos a la futura mujer del hijo menor de Lady Di, y por tanto, la labor de Amy estará bajo constante control. Cualquiera en su lugar temblaría, pero Pickerill lleva años preparándose para trabajar bajo presión y rodeada de los mayores poderes del país.