En la ya llamada 'Crisis de las Reinas' el rey Felipe VI (50 años) se encuentra entre la espada y la pared. Se trata de un marido que tiene que mediar en un enfrentamiento entre su madre (79) y su mujer (45), hasta ahí una situación normal en cualquier familia española. El problema es que estas dos mujeres son algo más que nuera y suegra, son reinas. Y eso hace que todo sea muy distinto.
En la escena de la que todo el país lleva hablando dos días el soberano le dice a su mujer: "Por favor, déjalo" como intentando guardar unas apariencias que ya han saltado por los aires. A la salida del templo es su propio padre (80) el que intenta hablar del tema con su hijo allí mismo, cosa que Felipe VI rechaza diciéndole que no es el momento adecuado. Pareciendo el único vehemente en toda la situación surrealista.
Los Reyes no acudieron a Marivent tras la misa, se fueron con sus hijas directamente al aeropuerto para tomar rumbo hacia Madrid. En ese momento no podían imaginar que el vídeo, al día siguiente, iba a hacerse el tema de la semana.
Este miércoles, Felipe continuó con su agenda y estuvo en Sevilla, visitando el regimiento de Guerra Electrónica en la Base Militar de 'El Copero'. Con semblante serio y preocupado, el rey no hizo ningún comentario con nadie sobre lo ocurrido en Palma, claro, que tampoco nadie se atrevió a preguntar.
Las personas cercanas al monarca aseguran que está muy preocupado por el tema por varias razones y que, de puertas para dentro, "el tema está solucionado" gracias a su mediación, "lo que no significa que ahora las dos reinas se vayan a ir juntas de compras, pero bueno, el tiempo pone a todos en su lugar", nos asegura una persona cercana a la Familia Real.
Pero Felipe está más preocupado por la repercusión que está teniendo en los medios de comunicación que por otra cosa. La situación del país, con todo el tema de Cataluña detrás, no está en un momento como para que se ponga en duda el servicio de la corona. Y es consciente de que esto les está haciendo mucho daño a la imagen de la monarquía.
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Luego está el problema de la popularidad de la reina. No podemos olvidar que es su mujer y esto le está afectando mucho, a su madre también pero lo cierto es que Sofía ha salido bien parada. Felipe es consciente del trabajo que desarrolla la soberana, y aunque sabe que se ha equivocado en las formas, sigue siendo su esposa.
Pero hay un aspecto de todo esto que es lo que más le duele al rey: "su hija, la princesa de Asturias (12). Todo el mundo comentando el gesto de la niña, cuando te aseguro que son dos niñas súper educadas y muy buenas. No sé porqué hizo ese gesto, pero Leonor es una cría estupenda y no se merece lo que le está cayendo. Y esto el jefe lo está llevando fatal" nos cuenta fuentes cercanas a la casa.
El tiempo dirá si las cosas vuelven a su sitio o no, desde luego esa es la estrategia que va a seguir Zarzuela, que se trata de un problema privado y que nadie va a comentar nada. Ya lo que ocurra de Somontes (entrada de palacio) hacia dentro es cosa de la familia.
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