Una reina y una primera dama. La historia de dos mujeres que llegaron al poder (ejecutivo y formal) por el amor de un hombre, salvando las diferencias entre el rey Felipe VI (50 años) y el presidente Donald Trump (71). Mucho más las leguas que disgregan a Letizia (45) de Melania (48). Pero la vida, el destino, el espacio-tiempo o un efectivo golpe de agenda los va a reunir inexorablemente en el escenario del dominio por antonomasia, la Casa Blanca, el próximo martes 19 de junio.
La revista Hello! anunciaba a bombo y platillo la colisión entre las 'reinas'. "La reina del estilo Melania Trump se enfrentará a una reina en la vida real, e icono de la moda, Letizia de España, este mes. La esposa del presidente recibirá a su invitada en la Casa Blanca, donde ambas tomarán el té, en una Royal Tea Party, un pasatiempo que le que encanta a la realeza", rezaba el artículo.
¿Cómo se desarrollará el encuentro entre ellas? Y mejor y más importante: ¿con qué icónico look chocarán pómulo contra pómulo en el nada protocolario pero siempre necesario beso de saludo entre las poderosas mujeres?
Felipe Varela, amarillo lemon curt
Siguiendo su línea de lujo y excesos contamos con el estreno asegurado de Melania. A la contra, la reina de España, reciclaje y austeridad al frente, podría optar por recurrir a alguna pieza ya vista, y aún así, ganar la partida estilística a la reinventada Trump.
Letizia y el lemon curt: Primera aparición pública en Londres del que fue el viaje de Estado más importante de Felipe VI y Letizia como reyes de España. Contra todo pronóstico y para sorpresa del mundo, la monarca arriesgó y acertó. No es el amarillo un color con el que habitualmente veamos a la reina. Aunque esta ocasión lo merecía: representación gualda en la capital británica con un claro homenaje a la reina de las reinas: Isabel II (92) y su color favorito.
Si bien es cierto, el encuentro con Melania no requiere el aire Ascot que la consorte desprendió en Londres, aunque nunca se sabe, recordemos que en el último encuentro de damas en Washington, Trump-Macron, la primera optó por una enorme pamela blanca.
El bicolor de rayas con leyenda de serpiente
Ajustado, de paillettes, de rayas verticales en blanco y negro y de Hugo Boss. Salvo por la media semitupida, y el aire de noche, el vestido sería perfecto para eclipsar a Melania en su encuentro en Washington. La intrahistoria de la tendencia, un despropósito para la historiadora Pilar Baselga: "Una reina jamás puede vestir de rayas, pues se está ridiculizando a ella misma", escribía, airada, sobre este atuendo.
"Es un vestido tubo con escamas, como una funda de serpiente venenosa. La Krait rayada (bulgarus multicinctus) es una de las serpientes más venenosas del mundo. Provoca la muerte en 20 horas y causa daños neurológicos irreversibles. Hasta la naturaleza nos informa que conviene alejarse de los seres que visten rayas", concluía su statement con cierto veneno 'reptiloide'.
Su Carolina Herrera más favorecedor
El hotel Reconquista de Oviedo se engalanaba en octubre del pasado año para recibir a los reyes de España en la Audiencia de los galardonados de los Premios Princesa de Asturias. Él, regio, como de costumbre. Ella, espectacular, con un vestido tipo cóctel de organza en tono rosa empolvado con stamp de flores tropicales firmado por Carolina Herrera.
Ceñido al cuerpo, se esta de una pieza de la colección Resort de 2018. Letizia lo combinó con zapatos en tono burdeos y le minimizó sobriedad al dejarse la melena suelta. Este vestido de Letizia recuerda irremediablemente a uno de Zara que lució apenas días antes, creando así confusión entre quienes siguen sus pasos en tono de moda. La diferencia entre vestidos radica fundamentalmente en el coste. Mientras que el de Carolina Herrera tenía un precio de 2.500 euros, el confeccionado por la industria de Amancio Ortega (81) no llegaba a los 50 euros.
Letizia, rojo y seguridad con lluvia de rubíes
Si tuviésemos que elegir un look más working girl en su papel de reina más ordinario, más del día a día, optaríamos por este rojo, no solo por el corte de este dos piezas de Roberto Torretta sino por el significado propio del color. El carmín marca distancia, denota seguridad y traza la línea que no permite el acercamiento extremo en un encuentro que Letizia, abiertamente, no desearía tener.
Si tuviéramos que añadir un complejo de lujo a un outfit ya reciclado en dos ocasiones, quizá la reina deba rescatar de su joyero los espectaculares pendientes de brillantes y rubíes cuyo destino y origen sigue siendo aún un misterio. 216 diamantes y 12 rubíes que duermen en su joyero personal desde hace años y que solo ha sacado a pasear en dos ocasiones: en el 30 aniversario del diario económico Expansión y en el 50 cumpleaños de Guillermo de Holanda (52).
Blusa de lunares, al estilo Palma
Si existe alguien con menos popularidad (al menos en los últimos tiempos) que la reina Letizia, es la familia Trump. Si la monarca decidiese tirar de clásicos y poner broche de oro a una historia de la que apenas existe eco, podría optar por la polémica blusa de lunares para liquidar así varios pájaros de un mismo tiro. La ovación sería desde España sería apabullante. ¿Existe algo más cañí que el lunar? La prenda de Carolina Herrera fue la más vista, analizada y divulgada de todo el mes de abril por su encontronazo público con la reina Sofía (79) a las puertas de la Catedral de Palma. ¿Merece Melania 'un Palma'?
No quiere fotos con Melania, repele la comparación. Se niega a que exista de nuevo la posibilidad de una imagen como la que hubo junto a Carla Bruni (50) subiendo las escalinatas de Zarzuela. Pero como el rey Juan Carlos (80) ha manifestado en infinidad de ocasiones "en esta casa (real) hay tres palabras que no se pueden decir juntas: 'no', 'me', 'apetece'". Y a Letizia, más que nunca, le toca de nuevo sacar el capote de la moda y volver a 'españolear'.
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