El 'primo' Álvaro de Orleans-Borbón: el íntimo de Juan Carlos al ser vecino de Corinna en Montecarlo
La relación entre el rey emérito y su familiar lejano se estrechó gracias a la princesa alemana. Desde entonces los tres comparten actividades y secretos.
11 julio, 2018 11:30Noticias relacionadas
Álvaro Jaime de Orleans-Borbón y Parodi Delfino (71 años) es el tercer vértice que forma junto con el rey Juan Carlos (80) y Corinna (53) un triángulo con actividades ahora desveladas. Es primo lejano del rey, una consanguinidad remota que no ha evitado, sin embargo, que en la actualidad mantengan una relación personal íntima. Los lazos de sangre de los Orleans-Borbón con el rey emérito se remontan a Isabel II de Borbón, reina de España y antepasada común.
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El aristócrata vive en Mónaco junto a su familia. Se casó en segundas nupcias el 27 de diciembre 2007 con Antonella Rendina, una joven morena de sonrisa impertérrita y aspecto afable, tras divorciarse de Giovanna San Martino D'Aglie con la que tuvo tres hijos. De su segunda oportunidad al amor nació Eulalia, ahijada de Juan Carlos I, lo que prueba su estrecha unión.
La familia Orleans-Borbón vive en Mónaco y aunque 1.280 kilómetros separen a los primos, existe otro fuerte vínculo entre ellos que es representado con figura de mujer: Corinna. Álvaro, su mujer y su hija son vecinos de la empresaria en Montecarlo y en el momento en el que ésta era pareja sentimental del rey sirvió para estrechar lazos de amistad con Álvaro.
Como el rey Juan Carlos nació en Roma, los primos se conocen desde la infancia, pero su relación se fortificó aún más cuando Corinna entró en el círculo de confidentes. A partir de ahí la empresa de la 'amiga entraña del rey' comenzó a organizar cacerías y safaris en los que acuden ambos. Álvaro no es muy amante de la caza, pero estas 'escapadas' le permitían permanecer al lado del rey emérito.
Esa estrecha unión entre los primos fue en ascenso hasta el punto de que en los últimos veranos Felipe VI (50), Letizia (45) y sus hijas se han alojado en su villa de Roma y en su enorme mansión de la isla de Ischia para sus vacaciones. Un hecho, del que se han preocupado que no existan fotos, pero que revela la buena relación.
El aristócrata es de esos parientes del rey que, aunque están tan cerca del poder, ha pasado desapercibido la mayor parte de su vida para la sociedad en general. Salvo contadas apariciones en las fiestas de postín de gala a las que acudían casi todos los parientes de la Familia Real. De hecho, en estas citas siempre ha destacado la buena relación que mantienen también Álvaro y la infanta Pilar, como la que siempre mantuvo con Luis Gómez Acebo.
En el año 2015 el apellido de la familia, Orleans-Borbón y Parodi Delfino, se vio asociado a paraísos fiscales y sociedades offshore. Un entramado en las Islas Vírgenes y en las Islas del Canal que utilizaban, principalmente, para realizar operaciones inmobiliarias en la costa gaditana, según desveló El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación en los Papeles de Panamá.
Negocios en paraísos fiscales y en Cádiz
Álvaro Jaime es un empresario con todas las letras de la palabra, tanto para lo bueno como para lo malo. Al igual que hay ocasiones en que se le ha vinculado a determinadas acciones consideradas "fraudulentas" que no ilegales, también ha probado tener una gran habilidad a la hora de gestionar los negocios familiares.
En España figura en una serie de sociedades con cifras millonarias, todas ellas afincadas en Cádiz. El aristócrata se hizo cargo de las empresas del clan a partir de 2014, año en el que empezó a ocupar la presidencia en todas estas compañías, con la excepción de una de ellas.
Dentro de este entramado destaca el club de golf Costa Ballena. Se trata de un complejo turístico que promovió la junta de Andalucía junto a la familia Orleans-Borbón (vinculados tradicionalmente a este territorio andaluz) y que se plasmó a finales de la década de los 90. Un complejo que, como buen ejemplo de la época del boom inmobiliario, puede presumir de grandes extensiones verdes con todo lujo de detalles a pocos metros de la costa gaditana.
Esta sociedad, además de ser uno de lo puntos fuertes del entramado empresarial del clan, es una muestra de las habilidades en los negocios de Álvaro Jaime. Antes de ponerse al frente, en 2014, la compañía registraba pérdidas. Sin embargo, en poco menos de tres años la sociedad ha conseguido volver a obtener beneficios, y solo en 2016 alcanzó unos ingresos de 1,5 millones de euros gracias a lo cual ha acumulado un patrimonio de más de un millón de euros.
Otra de las sociedades de mayor envergadura del empresario son las relacionadas con la tierra y los cultivos de la familia. En este ámbito Álvaro Jaime figura en tres sociedades: Torremesa S.A, Torrebreva S.A. y Bodegas de los infantes de Orleans SAE Biob.
En la primera sociedad la evolución de las finanzas ha sido similar a la del club de golf: pérdidas y cifras negativas en 2014, y a partir de ese año una cierta mejora. Concretamente, el último ejercicio del que se disponen datos arrojaban unos ingresos de 1,4 millones de euros, con el consiguiente beneficio ese año.
Álvaro Jaime demuestra con estas compañías que consigue tener cierta maestría a la hora de manejar los números, y que es capaz de revertir determinadas situaciones negativas. Sin embargo, los negocios no son siempre una apuesta segura y hay otras empresas del aristócrata que no han corrido la misma suerte: Torrebreva S.A, Bodegas de los infantes SAE Biob y Costa Ballena Resort S.A. En estas compañías se percibe que la tendencia es a la mejora, pero todavía insuficiente pues todas ellas registran pérdidas desde hace años.
Para conocer el caso de los comportamientos "fraudulentos" hay que remitirse a 2015, cuando se hicieron públicas las informaciones que vinculaban a este clan con compañías offshore ubicadas en paraísos fiscales. En Panamá aparece registrada desde 1979 Hulgadin SA, con su sede física en Países Bajos. El capital de esta sociedad, valorado en más de cinco millones de euros, pertenecen a HulgaHolding que está registrada en Curaçao. Todos ellos países opacos con ciertas ventajas fiscales.