Este sábado era un día especial en Covadonga y se notaba. La gente se agolpaba alrededor de la Basílica creando una estampa de colores y rostros en movimiento que no paraban de mirar a un lado y a otro en busca de algo o alguien. Como si un ídolo de masas fuera a aparecer de un momento a otro en el lugar. Pero no. Lo que apareció fue una comitiva real y de uno de los coches salió la estrella del día: la princesa Leonor (12).
Este 8 de septiembre la primogénita de los reyes Felipe (50) y Letizia (45) ha viajado por primera vez a Covadonga en un acto oficial e institucional que la ha 'coronado' como digna princesa de Asturias. Por este motivo, se trataba de una cita clave para la heredera al trono que se ha unido a una fecha muy especial para los asturianos: la celebración de los centenarios de la Coronación de la Virgen de Covadonga, de la creación del Parque Nacional de los Picos de Europa y el decimotercero del Reino de Asturias. Todo ese conjunto de festejos ha hecho que los paisanos de la reina Letizia estuvieran aún más emocionados con la visita de la princesa, convertida ya, por lo que se ha visto este sábado, en su royal favorita.
"¡Viva España! ¡Viva Leonor!", son los vítores que se han escuchado con frecuencia en los diferentes lugares que ha recorrido la princesa por Covadonga. Al oír tales frases Leonor no podía evitar sonreír y mirar en dirección a donde venían los gritos, como queriendo agradecer el gesto con su mirada. Del mismo modo que los presentes también han pedido continuamente el acercamiento de la heredera: "¡Queremos saludarla!", era otra de las frases más escuchadas.
Pero la 'Leonormanía' va más allá. Tanto gusta entre los asturianos la que se presume será la futura reina de España que necesitan recordar este día no solo en sus mentes sino también tener la prueba en sus móviles y redes sociales. Y es que los selfies con la princesa han sido lo más solicitado cada vez que Leonor se acercaba a saludar.
Aunque hay quienes han 'luchado' mucho más por estar en un día tan especial frente a su admirada princesa. Algunos de los presentes entre la multitud han declarado que para estar en Covadonga "han tenido que andar cinco kilómetros", un esfuerzo que ha terminado poniéndoles a escasos centímetros de su miembro real favorito.
De la presentación ante la Virgen a inaugurar su propio mirador
El día 'D' se ha hecho realidad este sábado a las 12:05 horas. Con casi media hora de retraso, los cuatro miembros de la Familia Real llegaban a la Santa Cueva donde permanece la Virgen de Covadonga. Al salir de los coches una gran ovación inundaba el lugar y sobre todo cuando la princesa Leonor se situaba a la cabeza, justo al lado de su padre, para posar ante los fotógrafos.
Tras 10 minutos ante 'La Santina' ponían rumbo a la Basílica de Covadonga donde se ha oficiado una misa conmemorativa por el centenario de la Coronación de la Virgen. El acto solemne ha durado 55 minutos y a su salida les esperaba, aparte de una grandísima multitud de curiosos que buscaban la foto con Leonor, un número de autoridades asturianas y un grupo de jóvenes locales para dar la bienvenida a la princesa. Ha sido justo después de presidir el pasamanos oficial, cuando Leonor y su hermana Sofía (11) acompañadas por su madre no han querido perder la ocasión de acercarse a los que se agolpaban tras las vallas para saludarles.
El Museo de Covadonga ha sido su último destino antes de la hora de comer. Por la tarde, los reyes y sus hijas han visitado el lago Enol, el más grande de Asturias, y lo han hecho con un cambio de look mucho más campestre y cómodo para hacer senderismo. Para concluir el día más especial de Leonor, ha inaugurado el Mirador de La Princesa, llamado así en su honor.
Los gestos que han pasado desapercibidos
Desde el minuto uno ha habido detalles llenos de significado y nada casuales. Los cuatro miembros reales llegaban a su primer punto de destino, la Santa Cueva, divididos en dos coches: los reyes en uno y sus dos hijas en otro. Este gesto podría mostrar el empeño de Leonor por que su hermana no quede en un segundo plano y darle el mismo protagonismo que ella a la salida del vehículo.
Pero no es el único gesto que se ha podido ver durante el día para no dejar 'desplazada' a la menor de la familia. La reina Letizia, que nada más cruzarse con Leonor le buscaba la mirada para tranquilizarla, no se ha separado de Sofía en ningún momento y la ha llenado de muecas cariñosas cada poco tiempo. Como para hacerle ver que ambas son importantes y ninguna es más que la otra.
También ha sido muy destacable la constante mirada de Leonor hacia su padre. La princesa no quería fallar en su primer acto oficial y buscaba continuamente la aprobación de su padre o alguna explicación de lo que estaba viendo ante ella. Además, han sido varios los momentos en los que directamente ha agarrado la mano al rey para sentirse más segura y tomar el buen rumbo de la situación.
Otro punto ineludible ha sido que Letizia ha vuelto a mostrar el interés de protección por sus hijas. En cuanto podía se acercaba y semiabrazaba a las dos para sentirlas a su lado. En otros momentos, por motivos de protocolo, ha guiado a Leonor para que diera un paso adelante y fuera la primera en personarse en los sitios.
Y a la entrada de la Basílica también han ocurrido varios sucesos casi imperceptibles. Nada más cruzar la puerta, Felipe VI y sus dos hijas se han santiguado, cosa que no ha hecho Letizia. Y mientras caminaban hacia el altar, el rey ha saludado de forma breve, tocando su mano, a la abuela Menchu, por quien la reina siente especial debilidad.