Tan solo ocho días han pasado desde que Victoria Federica de Marichalar y Borbón cumpliese 18 años. Desde su entrada triunfal a la mayoría de edad, la nieta de los reyes eméritos no ha parado de entregar momentos para el recuerdo. Al menos, estilísticamente hablando. El pasado domingo, la joven tomaba el AVE en la estación de Sevilla Santa Justa en dirección Madrid Puerta de Atocha.
Para la ocasión, la hermana de Froilán (20 años) elegía un look sport cargado de elementos luxury. La base de todo, su camiseta. La clásica perteneciente a la colección de los bodegones de Loewe por J.W Anderson cuyo precio asciende a los 290 euros.
Este viaje a Sevilla tenía un motivo público: su asistencia a la puesta de largo de Tana Rivera y Martínez de Irujo (18). Efectivamente, apenas 48 horas antes las cámaras captaban la llegada de Victoria Federica a la Finca la Pizana y cómo bajaba del autobús junto al resto de jóvenes amigos de Tana para acceder al espacio donde se celebraba la tradicional presentación en sociedad. En su hombro derecho, bolso de Chanel, modelo 2.55. Su precio supera los 2.500 euros.
En su mano izquierda, en lo que se presumía un regalo para la anfitriona, una bolsa de Loewe, firma made in Spain en la que confía por influencia paterna. Jaime de Marichalar (55), vinculado históricamente a la industria de la moda y el lujo. En concreto, al grupo LVMH como miembro del Consejo de Administración de Loewe. Jaime acostumbraba a acudir de shopping -y por motivos laborales- a las diferentes boutiques de la citada firma con sus dos hijos, no solo en Madrid sino alrededor del mundo. Y no es de extrañar que Victoria Federica esté accediendo a determinados universos de moda y lujo por consejo de su padre. Así lo hizo la infanta Elena (54) en cuanto Jaime entró en su vida y por consiguiente en su armario. La única hija de los que fueran duques de Lugo no ha tenido, por el momento, su gran puesta de largo.
Sí que hubo aquel domingo 9 de septiembre, día en que entró de lleno en su mayoría de edad, un encuentro íntimo con su padre en uno de los restaurantes más exclusivas de Madrid: Ten con ten. En su mano, una bolsa de Manolo Blahnik que presumiblemente llevaba el regalo más especial para su hija: su primer par de zapatos de tacón de la mítica y prestigiosa firma de lujo.
[Más información: Victoria Federica de Marichalar, una verdadera princesa sin corte pero con porte]