A la misma hora, en dos puntos diferentes del centro de Madrid, dos reinas: una reinante y una emérita. Las monarcas Letizia (46 años) y Sofía (79) han presidido este jueves un acto tradicional con un objetivo solidario común. 'El Día de la Banderita de la Cruz Roja' supone la mayor fuente de ingresos para la institución solidaria y se celebra desde el año 1889. Como si se tratase de las mismísimas protagonistas de las Chicas de la Cruz Roja de Rafael J. Silva (1958), ambas reinas han vestido su uniforme más comprometido con una causa histórica en la Casa Real.
En la fila de las instituciones, unas 40 personas esperan su turno mientras que Letizia hace su entrada en el coche oficial con la luna del asiento trasero semi tintada esbozando un leve ondeo con su mano derecha. Así como en otros años la reina Letizia se ha saltado el protocolo, ha tomado las riendas de la situación con la hucha en la mano y se ha acercado a la prensa, este año se ha limitado a saludar, sonreír y quizá en alguna ocasión a preguntar.
"Es una foto para mi hija, que vive en Colombia", comenta una señora con un teléfono móvil en la mano. "¿En Colombia? ¿Y qué hace allí? ¿Va todo bien?". Terminada la conversación y ante los halagos de la ciudadana por el interés amable de Su Majestad, la reina ha respondido mirando a su equipo: "me ha encantado esta señora". Otras dos se acercan, curiosas a la par que encantadas, con la real presencia. "¿Les gusta a ustedes la reina Letizia?" pregunta este periódico. "Bueno, nosotras es que vivimos enfrente y la chica de la perfumería nos ha dicho que venía la reina". "¿Saben que Sofía está en la Puerta del Sol?", responde JALEOS. "Me acabo de enterar, pero vamos que si me entero antes voy a Sol... Sofía es nuestra reina. Esta -Letizia- lo será también, pero todavía es muy pronto".
Entre los ciudadanos más madrugadores, Herin, un habitual de este día, y que ya lleva "nueve años acudiendo". "He llegado a las 9 de la mañana y estaba yo solo. Los que han llegado después de mí han sido los de Telemadrid, que me han hecho unas preguntas". En su mano, una rosa blanca para "la mejor reina". "La reina Sofía está en Sol" le desliza este periódico. "Sí, ahora voy". "¿Pero a ella no le llevas flores?" "No, nunca", responde entre risas el joven que confiesa sentirse más cercano al "estilo" de Letizia que al de Sofía. 30 exactos minutos -y ni un más- ha estado la esposa de Felipe VI (50) poniendo 'banderitas' a instituciones, ciudadanos, niños y un curioso grupo de hombres aficionados a las motos con los que ha reina ha posado, ahora sí, muy sonriente y espontánea.
La reina Sofía en la Puerta del Sol
Exactamente a 3.700 metros de ese enclave se encontraba la reina Sofía. Con una chaqueta verde pistacho y unos pantalones azul marino, llegó al stand situado en el exterior de la sede de la Comunidad de Madrid entre aplausos y vítores de los ciudadanos que la esperaban agolpados (incluso subidos a las vallas que delimitaban la zona).
Numerosos colegios y ciudadanos variopintos, entre los que destacaron los protagonistas de la película campeones y la madre de Sandra Palo, se acercaban hasta el stand para recibir 'la banderita' y, si tenían suerte, una conversación breve con la emérita o incluso dos besos, tal y como ocurrió en el último momento con una señora y un niño pequeño.
Especialmente atenta ha estado con los niños que acudían a saludarla, sobre todo con una joven rubia del colegio Minerva que le ha leído un poema que luego le ha entregado. Otra niña, también de ese colegio, le ha entregado un álbum de fotografías hecho a mano que ha despertado el lado más sensible de la reina hasta el punto de pedirle a su ayudante de cámara que guardara el álbum (como se prestó a hacer con rapidez).
Sin embargo, su presencia no ha despertado el interés esperado, ya que las colas largas en el lateral izquierdo de la sede de la comunidad de Madrid se iban reduciendo cada vez más conforme avanzaba la mañana, hasta el punto de que había ocasiones en que la fila solo estaba compuesta por unas quince personas.
Entre los ciudadanos que acudieron hasta el stand llamó poderosamente la atención una mujer que escogió un bolso con la bandera del orgullo gay, de una conocida cadena, según comentó la propia señora a este periódico. Era una estampa llamativa teniendo en cuenta los comentarios que algunos calificaron de "homófobos" de la reina hace tiempo a través de su biografía escrita por Pilar Urbano, La reina muy de cerca.
Para la gran mayoría de los ciudadanos, tener a la reina Sofía, o a cualquier miembro de la Familia Real ante ellos no es algo que ocurra habitualmente, con las consiguientes escenas llamativas: una señora que en su afán de grabar este encuentro obliga a la emérito a esquivar el móvil con las dos manos, una joven que de la emoción parece estar al borde del llanto, entre otros.
Sofía tampoco se olvidó de los medios que, situados frente al stand de la Cruz Roja, no se perdían un solo de sus movimientos. Sonrisas, miradas burlonas cuando una joven no sabía hacía donde tenía que ir y saludos ligeros con la mano, en una actitud campechana que muchos de los ciudadanos destacaban desde los límites que las fuerzas de seguridad marcaban.
Al igual que la reina se mostró cariñosa con los ciudadanos que hasta allí se acercaron para que la emérita les colocara la banderita, los que hasta allí acudían también querían tener detalles. Como un señor que le regaló una rosa o unos jóvenes israelíes que le comentaron a la reina que los bendijeran, como así es tradición en su país.
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