La reina Sofía (79 años) ha sido la principal autoridad que ha estado presente este lunes en el tanatorio donde se ha oficiado el funeral por la soprano Montserrat Caballé, fallecida el sábado de madrugada.
De riguroso negro luto, ha llegado sola a las 11:50 horas de la mañana al tanatorio Le Corts (Barcelona). Han sido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (46) el ministro de Cultura, José Guirao (59) y la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera (67) los encargados de recibir a la emérita.
Decenas de personas curiosas se han concentrado a las puertas del tanatorio, donde la familia de la cantante lírica ha abierto al público tanto la capilla ardiente del domingo como el funeral del lunes.
Sofía se ha mostrado muy cercana y cariñosa con la familia Martí-Caballé, y ha querido ser un gran apoyo en estos momentos delicados. Estos se han emocionado por la presencia y el buen trato de la reina, con la que Caballé mantenía una excelente relación. Además, cabe recordar que la emérita se declaró desde hace tiempo una fiel admiradora suya en más de una ocasión.
Los familiares de la soprano han sido los primeros en llegar al tanatorio, de manera que dos horas antes de que llegase la reina, ya estaban en Les Corts el hermano de la soprano y su representante, Carles Caballé; su sobrina y asistente, Montserrat Caballé, y su viudo, Bernabé Martí. Poco después ha llegado su hijo, Bernabé Martí.
También han llegado algunos de los que fueron compañeros de profesión durante toda una vida. Es el caso de los tenores Jaume Aragall (79) y Josep Carreras (71), así como el músico Jordi Savall y el cantante italiano Albano, que lo ha hecho sin la compañía de Romina.
La reina Sofía y el rey Juan Carlos (80) enviaron un telegrama de pésame a la familia de la artista el pasado sábado, día en el que falleció. Lo mismo hicieron Felipe (50) y Letizia (46). Los reyes no han podido acudir, pero Sofía sí lo ha hecho en su lugar, siendo la única representante de la Casa Real.
La soprano Montserrat Caballé ha fallecido a los 85 años en el Hospital de Sant Pau de Barcelona. Su salud era delicada desde hace algunos años, y se encontraba ingresada desde mediados del pasado mes de septiembre por una dolencia que padecía desde hacía mucho tiempo.
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