Un martes 13 de noviembre de 2007 el portavoz del Palacio de la Zarzuela pronunció las palabras "cese temporal de la convivencia" en referencia al matrimonio de la infanta Elena (54 años) y Jaime de Marichalar (55). Así se ponía fin a 12 años de amor. Este miércoles, prácticamente once años después de este anunció que plebeyizó a la Casa Real una publicación afirma que la infanta Cristina (53) está decidida a pedir el divorcio a Iñaki Urdangarin (50).
Si el divorcio que anuncia Lecturas se oficializa, Cristina e Iñaki, el matrimonio que sobrevivió a todo, pondría punto final a once años de unión incondicional. Sin embargo, la separación de los exduques de Palma poco tendrá que ver con la forma en la que se llevó a cabo el divorcio de Elena y Marichalar.
Los rumores de crisis en la pareja de los exduques de Lugo ya eran una realidad meses antes de que se manifestara por parte de la Corona. Pero, de ser verídica la información de la revista, en la historia de Iñaki y Cristina el final no era una opción esperada, al menos en la actualidad. No obstante, el 'cese temporal de la convivencia' de la hermana mediana del rey y el vasco ya se fraguó el 18 de junio de este año cuando una condena de cinco años y diez meses le obligó a ingresar en la cárcel de Brieva.
Los reyes eméritos aconsejaron al entonces matrimonio Marichalar Borbón que "se dieran un tiempo" y recapacitaran sobre su futuro. Así lo hicieron. La infanta se trasladó con sus hijos Froilán (20) y Victoria Federica (19) a un chalé en Fuente del Berro, Madrid, y más tarde cambió a un piso cerca del Retiro. Esa distancia entre los cónyuges no ayudó a recuperar su relación, por lo que dos años después, en noviembre de 2009, firmaban su divorcio definitivo.
La infanta Elena y Jaime de Marichalar protagonizaron la primera ruptura dentro de la Casa Real española, un gesto que se tomó como mundano dentro de un entorno tan estricto y protocolario como es la realeza. Por ese motivo, la primogénita del rey Juan Carlos (80) y la reina Sofía (80) intentó guardar las formas y mantener una relación cordial con su exmarido y padre de sus dos hijos.
El tiempo y espacio que se concedieron los exduques de Lugo puede equipararse al que viven Cristina e Iñaki, aunque éstos por imposición de la Justicia. Quizá los miles de kilómetros que les separan les ayuden a ver con claridad lo que ocurre en su matrimonio, pero si el exilio, la corrupción, los juicios, las supuestas infidelidades, la presión mediática y la cárcel no han mermado su amor, la distancia parece el menor de sus problemas para acabar con su matrimonio. Por lo que en primera instancia, no existiría motivo para su ruptura. Aunque a primera vista tampoco lo había entre Elena y Jaime. De hecho nunca trascendió la razón real. Sin embargo, algunos apuntaron que tras la isquemia cerebral que sufrió el aristócrata en 2001, la relación se recrudeció entre los cónyuges hasta convertirla en insoportable.
Desde que Jaime de Marichalar y la infanta Elena dejaron de ser marido y mujer no existen fotos en las que se atestigüe que hayan coincidido. Sin embargo, Cristina no ha faltado a las citas con Iñaki Urdangarin en Brieva para disfrutar de todos los vis a vis posibles.
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