Este martes por la noche los reyes Felipe VI (50 años) y Letizia (46) recibieron a sus invitados, el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, y su primera dama, Peng Liyuan, en una cena privada, y ya este miércoles a primera hora volvían a reencontrarse en uno de los monumentos más emblemáticos de la capital: el Palacio Real. Ese escenario ha servido para comprobar que la esposa del líder chino y la reina de España han vuelto a ponerse de acuerdo en la tonalidad de sus estilismos, pero lo más destacado ha sido el especial guiño de Letizia a sus invitados.
En el exterior del palacio, la reina ha mostrado un nuevo abrigo tipo levita de pelo en color rosa pálido firmado por Carolina Herrera de temporadas pasadas. Sin embargo, su estreno más sorprendente ha sido el vestido que lucía en su interior. Un diseño de la marca ASOS -por 96'99 euros- de textura en gasa, con falda fluida por debajo de la rodilla. Lo más impresionante del estilismo es su estampado: una garza en mitad del pecho, creada con hilo brillante y rodeada de flores de loto. Ese bordado se inspira en el arte oriental y sus tradiciones, lo que supone un guiño muy calculado de la reina hacia el presidente chino y su primera dama.
Ha combinado el vestido con un clucth y zapatos de salón de terciopelo en el mismo tono rosa palo casi nude. Los pendientes que ha escogido para completar el estilismo son los rosas y verdes de Coolook, que cuestan 167 euros. En honor también a la inspiración asiática, Letizia ha recogido su pelo en un moño -uno de sus peinados favoritos- aunque con algo más de volumen y más alto de lo que suele acostumbrar.
En todo momento se ha podido confirmar la buena sintonía entre las primeras damas. En un instante en el que han intercambiado palabras, Peng Liyuan ha caído en la cuenta del homenaje de la reina a China al ver el estampado de su vestido y no ha dudado en señalárselo, asentir y sonreír.
Este miércoles por la noche tendrá lugar la cena de gala con la que deleitarán los reyes a sus invitados. Para esa especial cita, Letizia volverá a desempolvar sus tiaras y sus largos vestidos de fiesta. Ese será, de nuevo, un duelo estilístico en potencia, pues la esposa del presidente chino está considerada una de las líderes mejor vestidas del mundo. Habrá que permanecer atentos a lo que ocurra cuando el sol se ponga.
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