Si no hubiera sido fiesta este jueves, bien podrían Leonor (13) y Sofía (11) haber asistido a su colegio Santa María de los Rosales, por sus iguales y regios vestidos. En este día, en el Congreso de los Diputados la Familia Real tenía una importante cita con la Constitución Española. Se festejaba el 40 aniversario de la Carta Magna y hasta allí se han desplazado los reyes de España, Felipe VI (50) y Letizia (46), junto a sus hijas, y los reyes eméritos, el rey Juan Carlos (80) y la reina Sofía (80). Se trataba de una nueva reunión familiar casi al completo en la que todos los ojos estaban puestos en los gestos más indiscretos, en la agilidad del emérito, y en las miradas y consideraciones que se dedicaban unos a otros.
Sin embargo, por encima de los dos rígidos besos de rigor que se han dado las infantas con sus abuelos nada más bajar del coche -en primer lugar con la reina Sofía y, más tarde, con Juan Carlos- y más allá de las sonrisas estáticas en sus jóvenes rostros, ha habido un detalle significativo en el atuendo de Leonor y Sofía. Muy similar al de un uniforme de colegio, las hijas de los reyes han optado por dos vestidos de corte sobrio, grises, de lana, con cuello caja y motivo central de manga francesa, sueltos, con una imperceptible diferencia en la línea de sus cuadros como del escote. Les han puesto la nota de color con sus calcetines altos y tupidos.
Como viene siendo habitual en los actos públicos a los que acuden, Leonor se ha decantado por la misma tonalidad que predomina en el traje de su padre -en este caso, el azul oscuro-, mientras que Sofía ha seguido los pasos de su madre Letizia, inclinándose por un rojo más burdeos y menos sangre que el carmesí del vestido de su madre. En todo momento junto a sus padres, siguiendo sus indicaciones tácitas, las infantas han respetado el protocolo en el paseo hacia el interior del Congreso, a la zaga de los reyes, saludando al público que se agolpaba en las inmediaciones y sin dejar de sonreír. Desde el mismo momento en que han descendido de los coches oficiales, Leonor y Sofía sabían cuáles debían ser sus pasos. Tras el beso con sus abuelos -más tarde, la emérita Sofía se ha besado con su nuera-, han seguido, siempre unos pasos por detrás, a sus padres, además de marcar un gran distanciamiento físico con sus abuelos. Felipe, Letizia e hijas vs. Juan Carlos y Sofía. En medio, mucho aire libre.
Bien es cierto que esta gélida distancia puede obedecer a que Juan Carlos, con dificultades para andar y apoyado en un bastón, caminaba considerablemente más lento y ha precisado, incluso, de una rampa a las faldas de los leones del Congreso, como ya ocurriera el pasado lunes cuando estrenó semana y agenda junto a su hijo. Cabe subrayar que, en señal de solidaridad con el monarca, su mujer Sofía ha ido unos pasos por detrás -pese a haberse corregido el paso en varias ocasiones- y toda la familia ha seguido la estela, entrando en el recinto a través de la rampa. Ha sido ahí cuando, por primera vez desde su llegada, la familia se ha detenido a posar.
Una vez en el hall del Congreso, durante unos minutos los reyes -actuales y eméritos-y las infantas han vivido un momento de cierto caos mientras esperaban indicaciones para hacer acto de presencia en el epicentro del poder y la democracia. Juan Carlos hablando con Ana Pastor, la reina Sofía reclamando la atención de sus nietas, estas intentando no despegarse de sus padres mientras sonríen a su abuela y Letizia sin saber dónde posar la mirada. Sea como fuere, las distancias han sido más que evidentes pese a los formalismos, sobre todo entre Letizia y la reina Sofía.
[Más información: Los reyes y sus hijas, juntos por primera vez en una nueva colección de monedas]