En las últimas semanas parece que existe una gran armonía entre Meghan Markle (37 años) y Kate Middleton (37). Pero, ¿hasta qué punto sus sonrisas son prefabricadas? Tras los muros de los palacios de Buckhingham y Kensington, un engranaje casi perfecto de publicistas y portavoces han estado ideando la imagen perfecta con la que desterrar para siempre los rumores de enfrentamiento entre las dos cuñadas. Sin embargo, los resultados no terminan de satisfacer a la siempre impertérrita Isabel II (92).
A pesar de la escenificación perfecta durante la asistencia de ambas a la tradicional misa de Navidad en Sandringham el 25 de diciembre de 2018, en la que se las vio compartiendo confidencias, el pasado 6 de enero ni Meghan ni Enrique (34) acudieron a celebrar el 37 cumpleaños de Kate. Y es ahí, en los festejos más íntimos y menos mediáticos, cuando se ven los pequeños detalles. Los hijos de los Sussex y los Cambridge van a jugar menos de lo que se tenía pensado.
Consciente de lo que se cuece tras las verjas que rodean el palacio de Kensington, Isabel II dio órdenes específicas para que Harry y Meghan no se fueran a vivir al recién remodelado apartamento 1 del palacio de Kensington, donde habrían sido vecinos pared con pared de Guillermo (36) y Kate, que ocupan el apartamento 1A. Ambos están comunicados por puertas secretas y se quería evitar imprevistos innecesarios.
Por tanto, Isabel II echó mano a su cartera inmobiliaria y les cedió Frogmore House, una hermosa mansión de diez habitaciones del siglo XVII en los aledaños del castillo de Windsor a la que se trasladarán en primavera poco antes del nacimiento de su primer vástago, previsto para finales de abril o principios de mayo.
Pero los rifirrafes entre la exactriz y los Windsor tienen aún un calado mucho más profundo a tenor de lo que ha confesado a JALEOS un familiar de uno de los empleados del mediático matrimonio. A pesar de estar en la sombra desde que se jubilara, Felipe de Edimburgo (97) no puede ni ver a la mujer de su nieto. Desde que se conocieron, el consorte de la reina no cesa en lanzar dardos envenenados hacia ella al considerarla poco apta para sus obligaciones reales.
Además, se pone hecho un basilisco cada vez que la protagonista de la serie Suits se atreve a contradecir a su graciosa majestad, como ya ocurrió en varias ocasiones el año pasado. Son muy pocas las ocasiones en las que se les ha podido fotografiar en público y, en privado, se esquivan mutuamente.
En medio de este vendaval la única persona que está intentando templar el ambiente es Camila Parker (71), según desvela nuestra fuente. Si en el pasado fue la proscrita al ser la amante secreta del príncipe Carlos (70), que está llamado a ser el nuevo jefe del Estado a pesar de no contar con el apoyo de sus súbditos a tenor de la última encuesta, la duquesa de Cornualles se ha ido ganando con el tiempo el respeto y el cariño de todos.
Desde la sombra intenta calmar las ansias y exabruptos de esta plebeya rebelde que, al contrario que Máxima de Holanda (47), Charlene de Mónaco (40) o Mary Donaldson (46); continúa sin cumplir a la perfección con el estricto protocolo de esta monarquía legendaria, a la que el exrey Farouk de Egipto vaticinó en los años cincuenta que en el futuro sólo existirían cinco reyes, "los cuatro de la baraja y la reina de Inglaterra".
Esa misma fuente confiesa a JALEOS que la reina Isabel II es mucho más humana y cercana de lo que se nos ha hecho creer. Le encanta sentarse en el sofá con los hijos de los duques de Cambridge, Jorge (5), Charlotte (3) y Louis (1) para ver series de dibujos animados o históricas, como la aclamada The Crown y se relaja bebiendo batidos y comiendo dulces hechos de manera artesanal.
Los tres pequeños están bajo el atento cuidado de la niñera española María Teresa Turrión que, según cuenta nuestra fuente, también se ocupa de otras tareas como la de revisar la ropa que ha de plancharse para el día siguiente, asegurarse de que las ventanas estén bien cerradas, que los jarrones siempre tengan flores secas y, por supuesto, impedir visitas inesperadas que alteren a los niños.
Por el momento la niñera sigue en nómina los duques de Sussex. Durante los últimos meses se ha especulado que debido al carácter despótico de Meghan varias personas de su séquito ya han abandonado su puesto. La última ha sido la exguardaespaldas de la exactriz hace escasos días y, tras el nacimiento de su primer retoño, también dejará sus funciones Samantha Cohen, que pasó de ser secretaria personal de Isabel II para serlo del matrimonio.
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