Marcaban las 10:41 horas de la mañana en todos los relojes cuando los reyes Felipe VI (50 años) y Letizia (46) han accedido al pabellón 10 de IFEMA para presidir la inauguración de Fitur, la Feria Internacional del Turismo en Madrid. Burlando el umbral infranqueable de los taxistas, que se han manifestado a la altura de la rotonda que preside la entrada principal de la Feria de Madrid, los monarcas han hecho su entrada real por la puerta Norte.
Una vez cruzada la citada puerta trasera, previamente disipada por la Policía Nacional y controlada por los miembros de seguridad de Zarzuela, los reyes han pasado y posado ante la prensa dejando a sus espaldas el stand de Iberia. En su camino por el mismo pabellón, a continuación, han realizado el protocolario saludo a los representantes de la marca INNside by Meliá y al grupo Globalia-Air Europa.
Ya en el pabellón 9, Felipe y Letizia han saludado a las personalidades de Turespaña, se han interesado por el stand de Madrid, han sido agasajados por una violinista en el espacio expositivo del País Vasco y finalmente han parado, algo más de tiempo, en Asturias, la patria chica de la reina de España.
El stand del Principado cuenta con un programa estratégico de turismo sostenible con la mirada puesta en 2020, que ha sido refrendado por más de 600 agentes del sector turístico y que marca con claridad sus objetivos: sostenibilidad, equilibrio territorial, internacionalización y desestacionalización, asuntos con los que la monarca se siente estrechamente vinculada.
En Asturias, Letizia se ha sentido como en casa. Oviedo es su ciudad natal y Asturias la tierra que la vio crecer. A su llegada, ha saludado de manera afectiva al presidente del Principado, Javier Fernández Fernández (71). Con un escenario que simulaba el verde de los Lagos de Covadonga mientras un experto al fondo escanciaba sidra de la tierra, la reina escuchaba atenta las explicaciones de los responsables.
No titubeaba ni un segundo al apostillar cada detalle del discurso de los representantes asturianos. La reina aportaba información mirando en todo momento a su marido, el rey Felipe, quien en ese instante ejercía de invitado siendo ella su anfitriona. En sus apuntes, el rey la escuchaba con atención, sintiéndose instruido por una asturiana más.
En la medida de lo posible, con el despliegue de seguridad no solo de Zarzuela sino de la propia IFEMA, los expositores intentaban darle regalos y recuerdos a lo que la reina ha respondido "no podemos, no podemos... hay un itinerario marcado". Visitados el pabellón 3 y 4, con República Dominicana, Irán, Egipto y Emiratos Árabes Unidos, la 'vuelta al mundo' de los reyes concluía en un stand que vuelve a poner de manifiesto el interés de Letizia por el séptimo arte.
La soberana ha disfrutado con la performance de una pareja de bailarines del stand de Fitur Cine/Screentourism. Este área monográfica que se estrena en Fitur 2019, se erige para reunir en estos días a gran parte de la industria turística y a cinematográfica alrededor del mundo.
Entre los medios de comunicación, brotó el rumor de que los reyes se pararían con la prensa a hacer declaraciones. Ante la duda, JALEOS se ha acercado a hablar con un miembro del Servicio de Seguridad de los monarcas y su respuesta ha sido clara: "No van a dar declaraciones. Nunca dan. No son políticos que tengan que opinar de nada... Los reyes son imagen: representativa y diplomática".
El recorrido de Felipe y Letizia ha concluido a las 12:08 horas de la mañana. En ese momento, la reina se despedía mientras se echaba por los hombros su clásico abrigo camel firmado por Felipe Varela. A su paso, la puerta 2c del pabellón 2 de IFEMA se cerraba. Y con ella, el coche real con el símbolo de la corona ponía rumbo de nuevo a palacio; el refugio que los aleja de huelgas, quejas y del mundanal ruido.
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