Hace 67 años llegaba a oídos de Achille Van Acker, ex primer ministro de Bélgica desde 1946 a 1958, que el rey Balduino y su madrastra, la princesa Lilian, mantenían una relación. Un pensamiento en la mente del entonces líder y un rumor en las calles belgas que toma mayor peso casi siete décadas después gracias a los diarios que escribió Van Acker a lo largo de sus tres mandatos.
El medio belga Het Laatste Nieuws ha recopilado los extractos más interesantes de los textos redactados por el ex primer ministro donde revela un posible romance entre el rey y su madrastra. Corría el año 1952 y como mandatario del país era informado de los movimientos de la Casa Real. Un día recibió una información de relevancia: "Lilian y Balduino viajaron al Tirol en un tren nocturno y compartieron el mismo compartimento para dormir".
La información que cayó en manos de Van Acker hubiera sido una bomba si se hubiera filtrado a los ciudadanos, por lo que mantuvo bajo llave sus diarios y reinó el secretismo absoluto entre el puñado de líderes que conocían la situación.
La princesa no era aceptada por el pueblo, y ese era el gran motivo que podía hacer tambalear los cimientos del reinado estable de Bélgica si toda la historia salía a la luz. Y es que Van Acker tenía pruebas más que fundadas de que entre hijastro y madrastra existía más que una relación fraternal. Durante el mandato del autor de estos diarios se interceptaron las llamadas de la realeza y el ex primer ministro poseía el contenido de todo lo que se decía en ellas. Desde un "solo tuyo" que le dedicaba Balduino a Lilian hasta un "nunca te dejaré" que le expresó el monarca en plena Navidad.
El desagrado de los belgas por su princesa se debía a que Lilian Beals llegó a la vida del rey Leopoldo III en secreto. El monarca se casó con Astrid de Suecia en 1926, con quien tuvo tres hijos: Josefina Carlota, Balduino y Alberto. Pero la princesa murió joven a causa de un accidente de coche en el que conducía precisamente su marido. Años después de quedarse viudo, apareció por sorpresa en su vida Lilian, a la que nunca le permitieron utilizar la mayoría de títulos nobiliarios, y menos el de reina. No era vista con buenos ojos, y una historia como la que escondía con su hijastro hubiera supuesto un auténtico escándalo en el país.
La morbosa información nunca llegó a filtrarse y los rumores se acallaron con la llegada de la española Fabiola de Mora y Aragón al corazón del rey Balduino. Su boda en 1960 y su historia de amor duró hasta el fin de sus días.
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