El próximo 31 de agosto se cumplirán 22 años de la fatídica muerte de la princesa Diana de Gales -Lady Di- y Dodi Al-Fayed a consecuencia de un accidente automovilístico que tuvo lugar en el túnel del Alma en París. En el coche viajaban cuatro personas: Henry Paul, el chófer, Dodi Al-Fayed, la princesa Diana y Trevor Rees-Jones, guardaespaldas del hijo de Mohamed Al-Fayed y único superviviente del siniestro. Solo este último llevaba puesto el cinturón de seguridad.
Ahora, más de dos décadas después, el misterio en torno al fallecimiento de Diana toma un nuevo giro. Es ahí donde entra en juego la figura del doctor británico Richard Shepherd, involucrado activamente en investigaciones sobre atentados y siniestros en el Reino Unido, y que ha desvelado que Lady Di murió por "una pequeña herida del tamaño de una lágrima en la vena de uno de sus pulmones".
Efectivamente, el patólogo Sheperd, que ha realizado más de 23.000 autopsias y ha examinado la evidencia de los ataques terroristas del 11-S en Nueva York y el 7-J en Londres, ha concluido que aquello se trató de un "trágico accidente". Sin embargo apunta nuevos datos, y es que el prestigioso analista detalla que las muertes de Henry Paul y Dodi Al-Fayed fueron en el acto, no así la de la princesa Diana de Gales. El hijo del multimillonario Al-Fayed iba sentado justo detrás del chófer y Diana, detrás de Rees-Jones. Con el golpe, el cuerpo de la madre de los príncipes William (36) y Harry de Inglaterra (34) se precipitó hacia adelante y al pesar menos que sus acompañantes, las heridas fueron menores, pero fatales.
De hecho, cuando la ambulancia acudió a auxiliarlos, Diana de Gales parecía "herida pero estable, especialmente porque era capaz de mantener la comunicación. Mientras que todo el mundo estaba centrado en Rees-Jones, la vena del pulmón de Diana estaba sangrando poco a poco en su pecho". Shepherd subraya que la herida de la princesa Diana "era muy rara".
Y continúa, "tanto que no creo que haya visto otra igual en toda mi carrera. Era muy pequeña, pero estaba en el peor sitio". Una herida que según el investigador fue la que sin lugar a dudas dio muerte a la mujer más perseguida del planeta Tierra. Un fatal desenlace que se pudo haber evitado si la princesa hubiera usado el cinturón de seguridad, apunta. Pero tras el accidente, el destino de Lady Di ya solo podía ser uno: "Diana empezó a perder gradualmente la consciencia y cuando sufrió una parada cardíaca se hicieron todos los esfuerzos posibles para reanimarla. En el hospital pasó a cirugía, donde identificaron el problema y trataron de reparar la vena. Desgraciadamente, era demasiado tarde".
Todas las pesquisas de Shepherd están plasmadas en un libro, Unnatural Causes -Causas no naturales- (Penguin) que será publicado el próximo jueves 18 de abril y del que el periódico británico Daily Mail ya publicó un pequeño extracto este domingo. Dos décadas después de aquel hito que cambió para siempre la historia de Inglaterra, el debate en torno a la muerte de Diana continúa sobre la mesa.
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