La rebeldía de la sobrina de Letizia: reaparece fumando y con un piercing en la nariz

Carla Vigo Ortiz (18 años), la sobrina de la reina Letizia (46) a la que instaron a guardar silencio en redes sociales, ha vuelto. Y lo ha hecho por la puerta grande o al menos de una manera que no gustaría nada a su tía, la esposa del rey Felipe (51). La hija de la fallecida Érika Ortiz sigue haciendo uso de su libertad personal en lo que a herramientas online se refiere y ha vuelto a protagonizar un directo en su cuenta de Instagram con una sorpresa para todos sus seguidores.

Carla ha reaparecido divertida, en una reunión de amigos, mientras fumaba un cigarrillo, escuchaba reggaeton y lucía un flamante piercing en el cartílago derecho de su nariz. "Pero, ¿tú fumas?", le preguntaba uno de sus followers. "Hombre, lo estás viendo, ¿no?", sentenció tajante la hija mayor del escultor Antonio Vigo (46). 

Carla Vigo fumando un cigarrillo en su cuenta de Instagram.

Desde que el pasado 13 de octubre Carla cumpliera 18 años, su situación vital dio un giro absolutamente radical. Su figura permanecía en el anonimato que le otorgaba su posición de menor de edad, pese a sus parentescos reales. Sin embargo, al convertirse en ciudadana de pleno derecho y por su posición de sobrina de la reina de España, sus manifestaciones públicas respecto a sus inclinaciones políticas y sociales empezaron a ser objeto de noticia en los medios de comunicación. 

Y no fueron sus opiniones las que hicieron que su familia directa actuase en consecuencia sino el hecho de que en un momento determinado, Carla hablase de su tía Letizia y sus primas, las infantas Leonor (13) y Sofía (12) en su cuenta de las fotos instantáneas. La incontinencia verbal de Carla propició que el pasado mes de febrero parte de su familia le pidiera encarecidamente "más cautela" y "más discreción" en el uso de sus perfiles online.

Carla Vigo Ortiz luce piercing en su nariz.

En concreto, en su cuenta de Instagram. Según desvelaron a JALEOS fuentes de su entorno más íntimo, efectivamente, no preocupaba tanto el hecho de que Carla exhibiese libremente sus sentimientos o sus tendencias políticas, sino las alusiones -directas o indirectas- que se han ido haciendo sobre los miembros de su familia que viven tras los muros del Palacio de la Zarzuela, es decir, de la Familia Real española. 

En estos meses de discreción y por la ausencia de publicaciones, Carla ha bajado el número de seguidores, aunque la mayoría de ellos permanecen fieles a sus contenidos. A donde sí ha vuelto es a los directos de Instagram, donde, como cualquier joven de su edad se comunica con sus followers de manera natural e intercambia con ellos impresiones y gustos. Entre tanto, siempre se cuela una pregunta incómoda sobre su tía y sus primas que Carla logra sortear con éxito.

Más allá de esos pequeños desahogos en la red, Carla Vigo Ortiz es una mujer comprometida con los derechos LGTBI, animalista y con una gran conciencia social. Además de una fuerte personalidad, la sobrina de la reina Letizia no ha dudado en más de una ocasión en defender públicamente lo que consideraba justo. Y si en lo personal se ha mostrado como una mujer independiente y de firmas convicciones, en lo profesional se presenta como una artista apasionada del baile, la interpretación y en última instancia, la fotografía.

Carla Vigo mantiene una discreta vida alejada del foco mediático. Viaja desde Aranjuez hasta Madrid en transporte público para acudir cada día al instituto donde cursa 1º de Bachillerato en la rama de Artes Escénicas, Música y Danza. Sueña con convertirse en una actriz de renombre y es fiel seguidora de series como Vis a Vis, La casa de papel, Élite o Paquita Salas. 

[Más información: Casa Real, los sobrinos conflictivos (3): Carla Vigo y la confesión en redes]