El presidente es experto en protagonizar noticias en las que se alude a su forma de saltarse las normas, y aunque en esta ocasión sí lo hizo, la realidad es que muchos invitados a este tipo de cenas olvidan el protocolo. El presidente de EEUU tocó a la monarca tras su discurso, en un gesto de aceptación, y por norma no puede tocarse a la reina. La hemeroteca prueba que esto ha ocurrido otras veces, incluso con la mismísima Michelle Obama, cuando pasó su brazo por la espalda de Isabel II.