Despertarse en Windsor tiene que impresionar. Abrir los ojos en una de las 300 habitaciones del castillo de la reina Isabel II (93 años) tiene que ser una experiencia inolvidable. Y eso es lo que ha vivido la reina Letizia (46), por segunda vez en su vida, en esta mañana de lunes. Los reyes Felipe VI (51) y Letizia aterrizaron este domingo en Londres y han pasado la noche en casa de la tía Lilibeth, como llama Felipe VI a la soberana de los británicos con cariño.
Este lunes 17 de junio era el gran día. Nuestro Rey era investido como Caballero de la Orden de la Jarretera, la máxima distinción que la Casa Real Británica puede conceder a alguien. Y aunque la reina Letizia aseguraba hace unos días que se iba a hablar más del atuendo de su marido que del suyo, ha vuelto a equivocarse, porque esta vez Letizia lo ha clavado.
El protocolo, como todo lo que tiene que ver con los Windsor, era rígido y tajante: traje corto y tocado para las damas. La reina Letizia ha demostrado saber serlo y cumplirlo. Para la ocasión, ha estrenado un vestido de la firma sevillana Cherubina, la misma que firmó el vestido rojo que estrenó hace unas semanas en Sevilla con motivo del Día de las Fuerzas Armadas. Me cuentan que la marca andaluza no sabía para qué se había llevado Letizia ese traje y que cuando han visto la primera foto los gritos de alegría se escuchaban en toda la ciudad. Normal, para una pequeña firma como esta, este apoyo de la esposa de Felipe VI no tiene precio. Y nos alegramos mucho, porque esta es el tipo de ayuda que necesita la moda española.
El vestido es una preciosidad, está hecho en tejido de twill o llamada 'tela cruzada'. Se trata de una tela muy especial que mezcla la fuerza de la sarga con la de la seda. Se usa mucho para confeccionar camisas de hombre.
Se trata del modelo Didi que podéis comprar en la web de la firma por 300 euros. El toque del vestido son, sin duda, las mangas abullonadas con copa farol y puños abotonados, le dan un empaque impresionante al look de la Reina. Lleva cuello perkins rematado con botones forrados en la parte izquierda. La silueta termina en un largo midi cortada a la cintura por un fajín, como a ella le gusta.
Aunque lo que más llama la atención es el tocado que, a mi parecer, le echa algún año encima pero es bonito. Es de la misma marca sevillana, Cherubina. En realidad, es una diadema en color negro de buntal, que es el tejido natural que se suele usar para los tocados. Está adornada en el lateral con una peonia con plumas y otras de oca que le dan profundidad. La cara la lleva tapada por un rejilla, cosa que no puede ser más española. El modelo se llama Black Peony y se vende en la misma web. Lo curioso es que cuesta casi lo mismo que el vestido.
Para un acto como este se necesitaba unos zapatos de altura y la Reina se ha calzado sus Prada negros, que siempre son un acierto. En la mano una pequeña cartera negra. Como joyas uno de los pares de pendientes más impresionantes que tiene la Corona española en la línea de joyas de pasar. Los chatones con los que se casó la infanta Cristina (54).
En el plano beauty, la Reina ha optado por un recogido de moño bajo, algo lógico para combinar con un tocado como el que ha elegido. En lo que creo que ha errado es en el maquillaje: para darle un toque juvenil al look yo hubiera elegido un tono más rojo en los labios, ya que el nude le da años.
Pero aunque ya sabemos que las comparaciones son odiosas y que ellas son amigas y mucho, lo cierto es que nuestra Reina, y por primera vez desde que las vemos juntas, Letizia se ha comido a Máxima de Holanda (48) en el duelo estilístico de este lunes.
La Reina de los Países Bajos nos ha decepcionado con un look un poco soso. Aunque nos gusta la idea de vestido capa (idea que ya lució Letizia en varias ocasiones) esperábamos un tocado digno de su estilo y sin embargo, la mujer de Guillermo de Holanda ha llevado la cabeza desnuda.
Además el rosa nacarado que ha elegido para vestir nos resulta un poco cursi. Nos quedamos con el estilo Made in Spain sevillano de nuestra Reina.
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