Los reyes de España, Felipe VI (51 años) y Letizia (47), han acudido a una de las citas fijas en la agenda de la Corona: la inauguración de la temporada en el Teatro Real de Madrid. Sentados en el palco de autoridades, han podido disfrutar de la ópera Don Carlo de Guiseppe Verdi con el tenor argentino Marcelo Puente, como don Carlo mientras que su padre, Felipe II, ha sido interpretado por el bajista ruso Dmitry Belosselskiy.
Para una cita como esta hay que sacar toda la artillería y eso es lo que ha hecho la Reina. Letizia ha elegido el blanco, un color al que no suele aficionarse para los actos de tarde-noche. La Reina ha estrenado un vestido estilo blazer de manga larga, una apuesta arriesgada con la que no es fácil triunfar. Hay que tener mucho estilo natural para que este tipo de traje te quede bien. La primera exigencia de este patrón es ser muy delgada, porque si no, parecerá que llevas encima un saco de patatas. Esa parece claro que la cumple.
La segunda regla para lucir oversize y salir airosa es ser alta, cosa que la esposa de Felipe VI no puede presumir de serlo, pero que que ha solucionado con unos salones de tacón de ocho centímetros imitando sandalias firmadas por Manolo Blahnik. Y lo cierto es que cuando te subes en unos zapatos que cuestan 720 euros la cosa siempre mejora. Nadie puede decir que la apuesta por lo chic de la Reina no haya sido un órdago... Ahora habrá que decidir si ha sido ganadora o no.
El traje imitaba a una chaqueta de esmoquin en el escote y se cierra con un curioso cierre ceñido en la cadera. Cuando vistes de blanco, todas las miradas se posan en ti y si no, que se lo digan a las novias que van de ese color. Por eso los complementos que acompañen a tu look deben estar a la altura. Los Manolos lo han estado, sin duda, y los pendientes más. La Reina ha elegido hacer la combinación black & white con ellos, vestido blanco contra accesorios negros.
Y en esta batalla tiene unos grandes aliados en su joyero, del que ha presumido en el Teatro Real luciendo unos pendientes con 432 diamantes negros con diseño de lágrima de la firma De Grisogono. Una verdadera maravilla. Por si con los pendientes no estaba segura de deslumbrar, Letizia ha lucido los brazaletes gemelos de Cartier, que pertenecen a las joyas de pasar de la Corona. Una pieza hecha a base de diamantes y platino. ¡Si la Reina se diera cuenta de lo importantes que son unas buenas joyas para un look!
En la mano, una cartera negra, sencilla, en forma de sobre. Como dicta su regla interna: mejor el pelo recogido cuando el acto al que vas es de tarde noche. Así que la Reina ha lucido un moño bajo un poco despeinado. En cuanto al maquillaje Letizia ha vuelto a resaltar sus ojos con un profundo smokey eyes y los labios en tono nude. Este jueves volveremos a ver a la esposa de don Felipe con un acto con el que terminará la semana.
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