Rojo para Oviedo. Es una combinación que sabe que va a funcionar. Y por eso repite. Este es sin duda el outfit más importante de la Reina en todo el año y por eso quiere destacar. Esta tarde Letizia (47 años) tenía que deslumbrar y sabe que con este color lo consigue, es su mejor aliado. La esposa de Felipe VI (51) estaba espectacular, aunque más que gracias al vestido, han sido los pendientes los que han dejado a todo el mundo boquiabierto sobre la alfombra azul del Teatro Campoamor.
Han sido muchas las emociones vividas esta tarde, la Reina se ha emocionado en varias ocasiones, sobre todo cuando han entrado dentro y todo el teatro en pie ha aplaudido su llegada y la de su familia.
Pero centrándonos en el look puede que este año se haya tratado de un traje menos elaborado, con menos encajes, menos pedrería, un diseño más sencillo. Pero muchas veces menos es más. Se trata de un vestido midi Pagoda en seda, georgette drapeado y cristal Borgoña en color rojo carmesí con una falda plisada en seda salvaje.
La parte superior del vestido tiene un sencillo escote en uve y unas hombreras muy al estilo de los años ochenta. La cintura de la Reina va marcada, como no, con cristales en color carmesí de Swarovski para dejar luego caer la falda plisada. El largo del vestido es midi, al que parece que Letizia se ha aficionado. Me parece que en esta ocasión se ha pasado un poco en la largura. El caso es que puede que sea el menos cursi de todos los diseños que ha lucido en los Premios Princesa de Asturias. Se trata de un diseño de Felipe Varela, así que vuelve a quedar claro que es el modisto madrileño en quién confía para las citas importantes.
Sin duda, lo mejor del outfit han sido los pendientes. Unos espectaculares rubiés rodeados de diamantes en dos medallones que es la primera vez que se los vemos. Si ella misma se diera cuenta de una vez de lo importantes que son unas buenas joyas. No son suyos, son de la reina Sofía (80) y son parte de las conocidas "Rubies de Niarchos", porque son parte del regalo de boda que el armador griego Stavros Niarchos le hizo a la entonces princesa Sofía de Grecia por su boda. Son medallones de rubies tallados en forma de cabujón que están rodeados de brillantes, y otros a su vez rodeados por otra hilera de rubíes. Los medallones se unen por cuatro diamantes tallados en baguette. Realizados por la joyería Van Cleef & Arpels.
Con semejantes joyones cualquier vestido deslumbra y más si llevas el cabello recogido en un moño bajo como ha hecho Letizia esta tarde.
Lo que no era nuevo hoy eran los zapatos, ya que son unos salones destalonados de ante con pulsera al tobillo de la marca española Lodi. Se los hemos visto en muchas ocasiones y hoy, desde luego iban a juego.
Puede que no recordemos este vestido como uno de los más bonitos o espectaculares que ha lucido la Reina en unos premios princesa de Asturias. Era bonito y elegante, sin duda, pero no ha sido el mejor. Sin embargo, Letizia sabía que hoy no era su día, hoy quién tenía que lucir era su hija, la princesa de Asturias. De ella ya hablamos casi todos los días.
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