La reina Letizia (47 años) ha reaparecido en escena tras su gira asiática por Japón, donde asistió junto al rey Felipe VI (51) a la entronización del emperador Naruhito y Corea del Sur, donde presidió el que ha sido, presumiblemente, su penúltimo viaje de Estado de 2019 (en noviembre viajarán a Cuba). Tras una intensa semana de vestidos de costura y joyas pertenecientes al lote de pasar, Letizia ha vuelto a la austeridad en su primer y único acto institucional de esta semana.
La soberana ha presidido este miércoles por la mañana la entrega de la tercera edición del International Friendship Award, la mayor distinción del Gobierno chino hacia extranjeros que han contribuido de manera extraordinaria al desarrollo económico y social del país. Los galardones corresponden a la tercera edición de estos premios, que en las dos anteriores se habían limitado a distinguir la labor de empresarios chinos pero que ahora se han ampliado a los del continente africano.
Acompañada por la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles (62), Letizia ha hecho entrega de estos premios en el campus de Madrid de la escuela de dirección de empresas IESE, de la Universidad de Navarra. Los premios entregados suponen no solo un reconocimiento a la aportación profesional de cada uno de los galardonados en sus países de origen, sino también su contribución a la economía internacional mediante sus inversiones y la creación de puestos de trabajo asociándose con empresarios extranjeros para facilitarles su expansión internacional.
Para la ocasión, Letizia ha estrenado una blusa de raso negra, de manga larga y con solapa tipo esmoquin clásico. La falda que ha lucido para este acto es un clásico de su vestidor. Se trata de un modelo de talle alto, corte midi, asimétrica en el bajo y con estampado de príncipe de Gales: el toque perfecto de working girl. Está firmada por Massimo Mutti y la última vez que la lució fue el pasado mes de enero en la inauguración de la Feria Internacional del Turismo en Madrid (FITUR). Tras llevarla, se agotó automáticamente en la web y las tiendas de la clásica firma de Inditex.
En su mano izquierda, bolso de Hugo Boss. Se trata del modelo Lady de la firma alemana que estrenó en su visita a la Casa Blanca en 2015, cuando Michelle Obama (55) le enseño el famoso huerto. Su precio, 1.190 euros.
Y en sus pies, sus stilettos de la casa italiana Prada. Su precio, 850 euros. Hace unos meses, en la inauguración de la exposición 'Poéticas de la democracia: Imágenes y contraimágenes de la Transición' en el Museo Reina Sofía, Letizia llevó estos zapatos con un detalle que llamó la atención: pese a llevar años en su zapatero, la suela parecía prácticamente nueva. ¿Se compró la Reina un nuevo par de sus tacones acharolados de Prada? Quizá nunca se halle respuesta a esa pregunta. Pero si hay un asunto claro en lo relativo a piezas favoritas de Letizia, en lo que a joyas de diario se refiere, no hay ninguna duda: sus pendientes de Gold & Roses.
Su vuelta a la rutina diaria ha provocado que la Reina haya desempolvado sus dobles dagas de oro blancos y diamantes. Hasta hace unos meses, estas piezas se podía adquirir en la página web de la casa por 1.895 euros. Sin embargo en la actualidad, el precio de los pendientes preferidos de la esposa de Felipe VI ha incrementado casi un 13% su valor. Si alguien quisiera hacerse con el modelo 'Doble daga' de la citada marca, tendría que desembolsar 2.125 euros, 230 euros más desde que Letizia los pasea por el mundo.
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