La reina Isabel II (93 años) ha pedido resolver "deprisa" el nuevo estatus de los duques de Sussex, Harry (35) y Meghan (38), mientras la exactriz estadounidense ha viajado a Canadá, según han informado este viernes los medios británicos.
Tras el inesperado anuncio de la pareja de dejar sus actuales posiciones en primera línea de la monarquía para ser económicamente independientes, la soberana ha hablado este jueves con su heredero, el príncipe Carlos (71), y los hijos de este, Guillermo (37) y el propio Harry, para consensuar una solución "en días y no semanas".
Los funcionarios de sus cuatro oficinas trabajarán ahora para definir un nuevo papel para los duques de Sussex que se ajuste más a sus aspiraciones, si bien cabe la posibilidad de que no lleguen a un acuerdo, en cuyo caso Harry, sexto en la línea de sucesión, podría perder o renunciar a sus títulos.
Paralelamente, según informa The Daily Mail, Meghan ha regresado a Canadá donde dejó a su hijo Archie bajo el cuidado de una niñera mientras ella y su esposo viajaban unos días a Londres, adonde llegaron el pasado lunes tras pasar siete semanas en el país norteamericano.
Se espera que Harry se reúna en breve con ella, mientras en el Reino Unido sus ayudantes negocian su futuro, ha explicado el tabloide británico.
En su comunicado emitido el miércoles, Harry y Meghan ya indicaron que a partir de este año piensan vivir entre el Reino Unido y América del Norte, y se da por hecho que será en Canadá, donde ella ya residió cuando rodaba la serie Suits.
En su nota, colgada sin previo aviso en su nueva web, la pareja explicó que quería ganar dinero profesionalmente pero también seguir "apoyando a la Reina" con viajes y labores de representación, lo que implicará un cambio en su estatus y su financiación para evitar conflictos de intereses.
La Casa Real expresó este jueves su disgusto y "decepción" por la decisión de los duques de Sussex de anunciar sus intenciones de manera tan precipitada, pero la BBC ha señalado este viernes que la prisa pudo deberse a que el diario The Sun tenía planeado revelar ese día que la pareja quería mudarse a Canadá.
La iniciativa de los duques Sussex de desmarcarse de la Casa Real supone una pérdida para 'La Firma', como se conoce a la monarquía británica por su funcionamiento empresarial, que planeaba aprovechar su tirón popular.
También ha evidenciado las tensiones con la prensa británica, en su mayoría conservadora y mucha de ella sensacionalista. La pareja acusa a los tabloides haber hecho una cobertura misógino y racista contra Meghan, de padre blanco y madre afroamericana.
En una encuesta difundida este viernes por YouGov queda reflejado que el 45 por ciento de los británicos apoya la decisión de Meghan y Harry de reducir su vida pública, mientras que un 26 por ciento se opone, un 30 por ciento no opina, y un 63 por ciento cree que su financiación debe cambiar.
[Más información: Harry y Meghan: el chollo de 'romper' con la familia y seguir cobrando sin necesidad de trabajar]