El príncipe Harry de Inglaterra (35 años) y Meghan Markle (38) apuran sus últimas horas en Londres como miembros de la realeza. Después de la celebración del Día de la Commonwelth, que tiene lugar este lunes, el matrimonio habrá terminado con su agenda real y serán libres para emprender su nueva vida alejados de los lujos y privilegios de la Familia Real. Pero, de momento, continúan asistiendo a todos los eventos que se encuentran tanto en su agenda profesional como fuera de ella.
El pasado sábado ambos acudieron al Festival de Música de Mountbatten, celebrado en el Royal Albert Hall. Se trataba de su penúltimo evento oficial, que acogió la llegada del matrimonio ante un aluvión de personas esperando en los aledaños y, cómo no, un sinfín de flashes que captaron todos los movimientos del hijo menor del príncipe Carlos (70) y su esposa.
Tras esta cita, los Duques de Sussex reservaron toda la tarde del domingo para la matriarca de la familia, la reina Isabel II. Y es que, como ya es común en Su Majestad, Isabel II acudió a un servicio religioso celebrado en la Capilla Real de Todos los Santos en Windsor, a los que siempre suele ir acompañada por algunos miembros de la familia.
En este caso, fueron Harry y Meghan los que acompañaron a la Reina a la iglesia, llegando cada uno en un coche diferente y reuniéndose dentro del lugar. Una petición que ha llegado de parte de Isabel, tal y como le ha contado una fuente a la revista People. "Ha sido un bonito gesto que la Reina les pidiera que fueran a la iglesia. Es revelador en el sentido de que siguen siendo familia y como tal, todos se aman", ha desvelado en el tabloide. Probablemente, una oportunidad que la Reina ha querido aprovechar para pasar más tiempo con su nieto y Meghan antes de que se marchen nuevamente a Canadá.
Y es que, con el matrimonio desligado de todos los compromisos de la Corona, estando empezando a planear su nueva vida y siendo reacios a llevar a Archie con ello a Londres cuando se trata de viajes de trabajo, parece ser que podría pasar algo de tiempo hasta que Su Majestad volviese a estar en presencia de Harry y Meghan, a quienes aprecia desea todo lo mejor pese a su tristeza por su decisión: "Siempre serán miembros muy queridos de mi familia. Reconozco los desafíos que han experimentado como resultado del intenso escrutinio en los últimos dos años y apoyo su deseo de una vida más independiente", explicó en su día. El Día de la Commonwelth será el cierre final a este capítulo de las vidas del matrimonio real más seguido de la actualidad.
Pese a todo, el príncipe Harry prevé mantener su rol como patrón de la maratón de Londres, que se correrá en el mes de abril. La portavoz de la pareja aseguraba que las prioridades de Harry siguen siendo apoyar el bienestar de los militares y mujeres, la conservación, el deporte para el desarrollo social, el VIH y Travalyst, que trabaja para movilizar la industria del turismo y los viajes por el bien social. Para Meghan, en cambio, su enfoque principal sigue siendo el empoderamiento de las mujeres, la igualdad de género y la educación.
Los duques de Sussex, que decidieron dar "un paso atrás" y abandonar la primera línea oficial como miembros reales para ser "libres económicamente", tomaron hace unas semanas, además, la determinación de clausurar para siempre sus oficinas de Buckingham y, por tanto, despedir a las 15 personas que trabajaban para ellos. La Familia Real reubicará a algunos de ellos, quizá a uno o dos, pero los otros deberán aceptar su despedido a causa del denominado Megxit.
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