Ser el centro de todas las miradas cada vez que sales a la calle no tiene que ser nada fácil. Asumir que tienes que estar perfecta cada vez que pestañeas puede convertirse en una verdadera pesadilla para alguien que no se sienta muy segura de sí misma.
La reina Letizia (47 años) ya estaba acostumbrada al ojo público por su trabajo pero, no es lo mismo aparecer en la televisión para presentar el Telediario que por ser la esposa de Felipe VI (52).
Por las redes sociales existen infinidad de cuentas que se dedican en exclusiva a describir, narrar y opinar sobre los outfits que luce la consorte. La agenda de Letizia está llena de citas de todo tipo: reuniones de trabajo, visitas a fundaciones o colegios, cenas de gala con la máxima exigencia protocolaria. En todas ellas la esposa de Felipe VI es siempre el centro de atención y hay que cuidar todo detalle.
Aunque se habla mucho del vestuario, lo cierto es que el maquillaje también forma parte de este conjunto y, como todo en Letizia, ha evolucionado mucho desde que llegó a Zarzuela en 2004 para convertirse en princesa de Asturias. Un paso a paso que no ha ido, ni irá nunca acorde con las tendencias pero, sobre todo, ha sido un proceso de probar y ver qué le quedaba bien y qué le sentaba mal.
Además, el make up ha tenido que ir adaptándose a sus cambios faciales: la operación de nariz sumado a sus retoques estéticos y el paso del tiempo han hecho que su cara sea completamente distinta a con la que aterrizo en palacio.
Cuando la esposa de Felipe VI aterrizó en la Familia Real española la periodista que todavía pretendía seguir con su trabajo apostaba por maquillajes de tonos más neutros, en los que intentar ser natural era la norma. Se trataba de dar efecto de buena cara pero el resultado era demasiado plano, perfecto para estar delante de una cámara pero soso para ser Princesa de Asturias.
Pasados un par de años, la Reina empezó a experimentar con el color para sus ojos. Hubo unos meses en los que le dio por las sombras azules, algo que gracias a Dios ha dejado de hacer. El problema con este tipo de tonos para la mirada de Letizia es que ella tiene los ojos de un tono verde que no se lleva muy bien con los azulones.
Desde entonces comenzó a arriesgar con sus maquillajes probando cosas nuevas. Fue un tiempo de muchos errores, pero aprendió una sabia lección de make up que cuando se llevan los labios de un color muy intenso es mejor dejar el resto del rostro en un segundo plano. El más es menos también el plano beauty y eso es algo que a la Reina le cuesta entender a veces. No sólo es una cuestión de compensación, sino que además te echas años encima.
Comenzó entonces una etapa en la que los labios pasaron a ser los totales protagonistas del look real. La Reina supo sacarles todo el partido con colores potentes, apostándolo todo a esa zona de la cara. Fue la época dorada del maquillaje de Letizia. Especialmente acertados fueron los momentos en los que decidió combinar el labial con el tono del vestido que llevaba, encontrando el tono exacto y dejando las sombras de ojos de colores para otra vida. Una vez más quedó claro que el rojo es su color.
Y tal vez convencida de esta última verdad, llegamos a la tendencia por la que le ha dado por apostar este año: el de las sombras y lápiz de ojos en tonos rojizos. Descubrió que con ellas el verde de sus ojos se intensifica y que su mirada se vuelve más luminosa y profunda sin recurrir a un maquillaje excesivamente marcado. Lo utiliza para reuniones de trabajo aplicando una línea de sombra en la parte superior del párpado y debajo de las pestañas inferiores.
Y para citas más formales opta en ocasiones por un maquillaje ahumado en este tono que multiplica su efecto favorecedor. Acompaña este tipo de maquillaje de un tono de labios natural, en mate o en acabado brillo y de un colorete marcado que acentúa sus rasgos.
Una norma que ha cumplido casi desde el principio es que el mejor maquillaje para las citas de gala es el ahumado. Sombras negras y grises en degradé y un extra de volumen en sus pestañas gracias a los postizos. Como resultado, una mirada imposible de obviar, que a la reina sienta especialmente bien y que ejecuta de forma brillante cuando la combina con labios y maquillaje al natural.
Su beauty más arriesgado hasta la fecha fue el de los Premios Mariano de Cavia de 2016. La imagen más atrevida de la Reina hasta la fecha. El peinado con tupé y unos marcadísimos ojos ahumados en azul añil quedarán para la historia como el look más kardashiano de Letizia.
[Más información: Letizia estrena blazer de raya diplomática y 'slippers' para sus reuniones por videoconferencia]