Con un claro objetivo en mente, Froilán (22 años) ha regresado de sus vacaciones estivales en Marbella y se encuentra en Madrid, y es que el nieto mayor de rey Juan Carlos (82) y la reina Sofía (81) se está sacando el carnet de conducir. El joven ha viajado hasta la capital para retomar sus clases prácticas de conducción, olvidándose por unos días de la playa y el descanso. El hijo de la infanta Elena (56) ya ha aprobado el examen teórico, y es que para poder dar clases de conducción es necesario previamente haber superado la prueba sobre el Código de Circulación. Así, sigue los pasos de su hermana Victoria Federica (19), que no dudó en sacarse el carnet poco después de cumplir los 18 años.
A media mañana de este lunes, Felipe llegaba a casa en un coche de una conocida Autoescuela de la capital. A su llegada al domicilio, el nieto del emérito, que venía conduciendo el vehículo, se ha bajado y se ha despedido de su profesor con el típico saludo del codo. Siguiendo el protocolo de protección contra el coronavirus, Froilán llevaba mascarilla quirúrgica. Para la ocasión, escogió un look cómodo e informal, con deportivas, camiseta de manga corta y gorra. Antes de entrar en casa, el hijo de Jaime de Marichalar (57) se quedó charlando con su instructor. Seguramente el profesor aprovechó para explicarle a Felipe cómo le había visto al volante.
En un momento delicado para la Familia Real española y, principalmente, para Juan Carlos I, tras la controvertida entrevista en la que Corinna Larsen habla de su relación, Froilán permanece completamente al margen. El hijo de la infanta Elena, ilusionado, ha emprendido este reto personal y por fin está a punto de conseguir el carnet de conducir. Un gran paso en su vida con el que demuestra su cada vez mayor madurez, su emancipación y cómo va evolucionando su día a día, un gran cambio del que fue considerado el miembro más rebelde de la Casa Real.
'Desaparecido' en un hotel de lujo
Los meses de confinamiento de marzo y abril no han sido iguales para todos los mortales. Felipe Froilán de Marichalar y Borbón vivió su propio confinamiento deluxe. A la altura de un hombre único, como cuarto en la línea de sucesión al trono de España, el sobrino del rey Felipe VI (52) se encuentra tranquilo, feliz y respirando aire puro. A pesar de que algunas informaciones lo situaban con buen tino en Londres, a donde viajó durante unas semanas para realizar las prácticas empresariales de la carrera que cursa en Madrid, la realidad es que el nieto del rey Juan Carlos se instaló en un lugar mucho más cercano.
Apenas un día antes de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (48), decretase el estado de alarma sanitaria en España, Felipe tomó un vuelo desde la capital británica hasta su país para pasar la cuarentena en un lugar secreto. El hijo de la infanta Elena pasó esta eterna cuarentena en la finca familiar de su íntimo amigo Andrés Parladé Tassara, según desveló Vanitatis.
Un espectacular espacio de más de 20 hectáreas que era propiedad del decorador Jaime Parladé, tío de Andrés Parladé, y que está ubicado en la exclusiva localidad malagueña de Benahavís. El espacio cuenta con vistas al mar Mediterráneo al Sur y a la serranía de Ronda, por el Norte. Desde hace algo más de tres años, esta impresionante mansión se explota como un hotel boutique abierto al público -no en estos días dada la extraordinaria situación que atraviesa el país- y su nombre es Alcuzcuz.
El hotel en el que Felipe Froilán pasó su confinamiento obligatorio en la lucha contra el coronavirus consta de seis habitaciones dobles con baño dentro de la casa principal y dos pequeñas casas con una habitación, salón y pequeña cocina fuera de la misma. Los precios de las habitaciones dependen de las estancias y oscilan entre 195 euros y 300 euros por noche.
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