Letizia luce su estilismo más internacional para premiar al periodismo: Armani, Bottega y Blahnik
Los reyes han presidido la 37º edición de los premios de periodismo Francisco Cerecedo en el Museo del Prado de Madrid.
18 noviembre, 2020 20:20Noticias relacionadas
Los premios Cerecedo de periodismo era uno de los actos favoritos de la Reina. Y usamos el pasado porque este año, por culpa de la Covid19, la cosa ha perdido mucho encanto. Letizia (48 años) aprovechaba estos galardones para encontrarse con sus ex compañeros y en más de una edición el Rey ha tenido que llamarle la atención para que se marcharan a casa porque ella empezaba a hablar y no paraba.
La esposa de Felipe VI (52) se encontraba con muchos conocidos y siempre ha querido lucirse en los galardones. Este año no habrá corrillos, por motivos de seguridad, pero ella ha vuelto a dar el do de pecho en su estilismo, que quede claro quién es la Reina en este premio, que por cierto, este año recae en Vicente Vallés (57), de Antena 3.
Así que, a pesar de todos los pesares, Letizia ha sacado toda la artillería, repitiendo pero a tope, con uno de sus looks más elegantes e internacionales.
Se trata de un diseño de Armani, con línea lápiz, manga francesa y un volante que recorre un lado de arriba a abajo recorriendo una sugerente abertura. Esto ha permitido que su pierna asome al caminar, dándole un matiz sexy a lo que en realidad es un clásico LBD (Little Black Dress). Lo estrenó en el concierto previo a los Premios Princesa de Asturias de 2018. Es una verdadera joya. Ya que no se las pone de las de verdad por lo menos en forma de vestido. Aquel año tenía un precio de casi 700 euros.
Lo normal es que el Cerecedo se entregue en el Hotel Ritz donde se ofrece una cena. Sin embargo, este año se ha hecho en el Museo Del Prado porque no habrá comida para los invitados, así nadie se quitará la mascarilla. Seguramente debajo de ella, Letizia lleve los labios pintados de rojo, que es como le gusta lucirlos en las noches de gala como hoy.
De lo que estamos felices es que por fin se ha quitado los pendientes de aro de oro amarillo y se ha puesto otros, con la misma forma pero de brillantes, que da otro nivel.
Pero no solo el vestido era de diseño, los zapatos eran unos Manolos y el clutch era de Botega Venetta, lo que confirma dos cosas: que en estos premios pone siempre toda la carne en el asador y que cuando quiere, y teniendo que repetir, deja a todos asombrados.
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