Letizia (48 años) ha asumido esta semana el mando como representante de la institución de la Casa del Rey debido a la cuarentena reglamentaria de Felipe VI (52) tras el positivo de un contacto estrecho. Este hecho ha obligado a la Reina a presidir los actos que estaban en la agenda del monarca y a estar siempre lista para ejercer el trabajo de su esposo desde la responsabilidad del trono.
En esa tarea como figura de la jefatura del Estado se encuentra la honorable labor de ofrecer un discurso digno de un Rey en los eventos más distinguidos y de renombre nacional. Letizia ha tenido que presidir el congreso Tourism Innovation Summit en Sevilla el pasado 25 de noviembre y también la entrega de los Premios Rey Jaime I en Valencia este lunes cuando solo estaba previsto que acompañara a Felipe. Pero ejerció de 'regenta' con exquisitez, con discursos impecables que... leyó en su móvil.
Gracias al atril de cristal transparente se pudo observar cómo la Reina apoyaba su smartphone de color negro ante ella y a lo largo de su discurso iba dirigiendo su mirada hacia él mientras con sus dedos se percibía el modo en el que pasaba las páginas digitalmente. También, en determinados momentos, hacía el gesto de agrandar la letra de la pantalla, sobre todo antes de comenzar sus 15 segundos de lectura en valenciano.
En todos los actos de este 2020, Letizia ha optado por leer sus palabras ante la audiencia en compañía de su dispositivo electrónico favorito. A pesar de que este año no ha tenido que hablar públicamente en demasiadas ocasiones, ya que han sido mayoritarios los posados o los paseos por las ciudades como en su gira veraniega por España, las veces que ha tenido que hacerlo siempre se ha aliado al móvil.
En su discurso de la Federación Nacional de Enfermedades Raras, en su visita a la Asociación Española contra el Cáncer (hablando en inglés) y en sus últimos dos actos sustituyendo al Rey ha demostrado que los folios impresos son cosa del pasado.
La tecnología permite guardar infinitos textos sin ocupar espacio y facilita el manejo, no como los papeles que ocupan mucho sitio y que la Reina tenía que doblar en su mano para que no afeasen las fotografías. Además, debido a que Letizia es muy aficionada a lucir bolsos de mano pequeños o carteras, el móvil resulta lo más cómodo.
Además, otro de los puntos a favor de la utilización del smartphone por encima de la acumulación de papeles es que en esta época de pandemia cuantas menos superficies estén expuestas al virus, mejor. Y por otro lado, la pantalla del móvil es muy fácil de limpiar y acabar con cualquier amenaza vírica. A todo ello hay que sumarle la lucha por la protección del medio ambiente que abandera la Reina y que con el empleo recurrente de hojas y tinta no ayudaba a propulsar.
Pero no es la primera vez que la Reina deja a la vista este 'truquito' tecnológico para no equivocarse en sus discursos. Ha recurrido a él con anterioridad aunque de manera muy excepcional, sobre todo cuando tenía que hablar en un idioma extranjero ante un gran público y ante autoridades de peso.
Así ocurrió en julio de 2016 en la conferencia global sobre salud y clima de París. La esposa del Rey tuvo que expresarse en francés delante de una sala repleta de expertos de medio mundo y decidió aliarse a su móvil. Lo más curioso de este día fue que, para que nadie viera su dispositivo, la Reina lo ocultó entre papeles y cuando abandonó el atril lo enrolló entre los folios para que los fotógrafos solo pactaran su mano con un supuesto folio doblado.
Sin embargo, en este 2020 ya no se esconde y de hecho lo luce ante todos los presentes en sus actos. Cuando se acerca el momento de su discurso, Letizia abre la solapa de su bolso y saca su smartphone sin dudar y deja su cartera a cargo de un guardia o directamente sobre la silla que ocupa.
Aunque las dotes discursivas de Letizia no siempre requieren de la ayuda de ningún soporte, ni físico ni digital. Así ocurre con los actos ligados a la violencia de género o los que discurren en la Sociedad Española Contra el Cáncer -en los que no tenga que desenvolverse en una lengua diferente a la española-, ya que en estos no suele recurrir a apuntes o las popularmente conocidas chuletas, pues la oratoria sale de su boca con naturalidad en aquellas disciplinas que son de su interés y en los que posee conocimientos adquiridos.
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