El duque de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II (94), pasará previsiblemente el fin de semana "en observación" en el hospital londinense donde ingresó el pasado martes, informaron hoy fuentes del Palacio de Buckingham a medios británicos.
El príncipe Felipe, de 99 años, podría permanecer en la clínica privada King Edward VII al menos hasta "entrada la próxima semana", subrayaron esas fuentes.
La residencia oficial de la soberana británica y su esposo ha recalcado que su hospitalización se debe a que los médicos prefieren actuar con "sobrada precaución" y subraya que el duque "mantiene el buen ánimo".
Felipe no fue ingresado de urgencia, sino que llegó al centro médico en un vehículo privado y accedió a él caminando por su propio pie, si bien el Palacio no ha revelado detalles sobre sus problemas de salud, más allá de que no están relacionados con el coronavirus.
Entre tanto, Isabel II permanece en el castillo de Windsor, a unos 30 kilómetros al oeste de la capital británica. En diciembre de 2019, el duque ya pasó cuatro noches ingresado en ese mismo hospital privado para recibir tratamiento por una dolencia cuya naturaleza no ha trascendido. Mientras el duque de Edimburgo sigue hospitalizado en el King Edward VII de Londres, uno de sus nietos, el príncipe Harry (36) acaba de tomar la decisión definitiva.
Ni él ni su esposa, Meghan Markle (39), volverán a formar parte de la Familia Real británica ni desarrollarán actividades institucionales con la Corona. Si bien fue el pasado 31 de marzo de 2020 cuando los duques de Sussex se desvincularon para siempre de la primera línea de la monarquía inglesa, esa decisión estaba pendiente de revisión a principios de 2021.
Con mucha "tristeza" y "decepción", el palacio de Buckingham ha anunciado este viernes la decisión del matrimonio Sussex. La reina Isabel, además, ha pedido a su nieto y a la esposa de éste que renuncien a sus títulos militares y patrocinios honorarios.
la jefa de Estado ha decidido retirarle a su nieto, sexto en la línea de sucesión al trono británico, los patrocinios honorarios que ostentaba y que volverán a la soberana, quien los distribuirá a otros miembros de la Familia Real.
Tras conversaciones con el duque, la Reina ha confirmado que, al alejarse de los deberes reales no podrán seguir asumiendo las responsabilidades y obligaciones que conlleva una vida de servicio público. Momentos después de la embestida la reina Isabel, los duques de Sussex han respondido tajantes con otro comunicado: "Todos podemos vivir una vida de servicio. El servicio es universal".
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